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Un soldado ruso hace guardia en la central eléctrica de Luhansk en la ciudad de Shchastya

Un soldado ruso hace guardia en la central eléctrica de Lugansk en la ciudad de ShchastiaAFP

Guerra Ucrania-Rusia

La CIA no descarta un ataque nuclear ruso para compensar el desastre de Ucrania

El presidente ruso, Vladimir Putin, puso a las fuerzas nucleares en alerta máxima poco después de dar luz verde a la invasión rusa de Ucrania

El director de la Agencia Central de Inteligencia norteamericana (CIA), William Burns, ha revelado que el presidente ruso, Vladimir Putin, podría recurrir al uso de armas nucleares tácticas o de bajo rendimiento para compensar los reveses que han sufrido durante estos casi dos meses de invasión en Ucrania.

Rusia se encuentra en una posición tremendamente complicada y es que su imagen de potencia militar puede salir muy perjudicada en el caso de no conseguir ninguna victoria relevante en lo que Moscú ha denominado como «operación militar especial» en Ucrania. El Ejército ruso ha sufrido cuantiosas bajas, aunque Rusia nunca ha dado un número oficial de muertos.

Aun así, el propio portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, admitió hace unas semanas que el Ejército ruso había sufrido «pérdidas significativas». Las autoridades ucranianas calculan que en torno a unos 19.800 soldados rusos habrían muerto desde que comenzara la invasión rusa, el pasado 24 de febrero. El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, comparaba las pérdidas sufridas entre las filas del Ejército ruso con las de la Unión Soviética en diez años de guerra en Afganistán.

El Ejército ruso ha tenido que retirarse del norte de Ucrania para centrarse en el este y sur del país. Desde Occidente atribuyen este repliegue a la fuerte resistencia de las tropas ucranianas, así como a múltiples problemas de abastecimiento, logísticos y estratégicos entre las filas rusas. Rusia, por su parte, niega que su objetivo fuese hacerse con la capital ucraniana, Kiev, y afirman que solo se trataba de una mera táctica para forzar a Ucrania a centrarse en el norte del país y liberar de tropas ucranianas la región del Donbás.

En la región del Donbás, Rusia tampoco ha conseguido grandes avances más allá de los territorios que ya controlaban los separatistas prorrusos antes de la invasión rusa de Ucrania. Mariúpol, el símbolo de la resistencia de ucraniana, sigue aguantando a pesar de que los separatistas ya controlan la mayor parte de la ciudad. La caída en manos rusas de este enclave estratégico, que permitiría crear un corredor entre la región del Donbás y la península de Crimea –anexionada ilegalmente por Rusia en 2014–, sería el primer gran logro de Moscú en esta guerra.

Los grandes núcleos urbanos de Ucrania siguen luchando contra el Ejército ruso. Odesa, la perla del mar Negro, lleva semanas preparándose para una ofensiva. Se especulaba sobre un posible asalto anfibio, aunque se ha llegado a descartar por su complejidad. Asimismo, Rusia acaba de sufrir uno de los peores golpes contra su flota, justamente en el mar Negro. Ucrania ha revelado haber destruido el crucero Moskva, el buque insignia de la Armada rusa.

Rusia ha reconocido que el barco se ha hundido, pero ha evitado mencionar el ataque ucraniano y lo atribuye a «un incendio» cuyas causas están investigando. «El barco perdió su estabilidad debido al daño sufrido por el casco tras un incendio provocado por la detonación de munición», ha comunicado el Ministerio de Defensa ruso. Las autoridades ucranianas afirman que los daños fueron causados por misiles Neptune lanzados por el Ejército ucraniano.

La invasión rusa de Ucrania pretendía mandar un mensaje claro a Occidente sobre la capacidad rusa de intervenir en caso de ver amenazada su seguridad por la ampliación de las fronteras de la OTAN hacia el este de Europa. Pero lejos de frenar el avance de la Alianza Atlántica, Putin ha logrado que países no alineados como Suecia o Finlandia se estén planteando su ingreso a la coalición, lo que ampliaría aún más las fronteras que comparte Rusia con países miembros de la organización.

Además, ha allanado el camino para la integración de Ucrania a la Unión Europea, un proceso que puede llevar años, pero que en el caso de este país parece que la institución comunitaria ha pisado el acelerador. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, prometió a Zelenski, durante su visita a Kiev, acelerar el proceso «todo lo que podamos», mientras le hacía entrega del formulario de adhesión.

Todos estos factores ponen en entredicho la capacidad tanto militar como de influencia de Rusia en el ámbito global. Estados Unidos teme, y así lo ha manifestado el propio director del CNI, que Rusia ante los pocos avances en Ucrania y «dada la desesperación potencial del presidente Putin» pueda recurrir a un ataque nuclear. «No podemos tomarnos a la ligera la amenaza que representa un recurso potencial a las armas nucleares», ha señalado Burns.

Aunque el máximo responsable de la inteligencia del país norteamericano ha puntualizado que «aunque hemos visto posiciones retóricas por parte del Kremlin en torno a aumentar su nivel de alerta nuclear, no hemos visto muchas pruebas tangibles de este tipo de despliegues». Putin ya ha jugado la baza del arsenal nuclear ruso en más de una ocasión. Tres días después de la invasión rusa a Ucrania, Moscú ponía a las fuerzas nucleares en alerta máxima, acusando a Occidente de aplicar medidas «no amistosas» contra Rusia.

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