Argentina restablecerá «relaciones plenas» con la dictadura de Maduro

El presidente de Argentina, Alberto Fernández, anunció que se propone restablecer relaciones diplomáticas plenas con el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela y pidió a los demás países de Hispanoamérica que actúen de manera similar, en una rueda de prensa celebrada este lunes junto a su homólogo ecuatoriano, Guillermo Lasso.

«Como primer paso, Argentina quiere volver a recuperar su vínculo diplomático pleno. Es un paso que estamos dando nosotros, y en verdad convoco a todos los países de América Latina a que lo revisemos, porque Venezuela ha pasado un tiempo difícil», dijo Fernández.

Argentina había integrado en 2017, durante el gobierno del liberal Mauricio Macri, el Grupo de Lima, que buscaba una salida a la crisis de Venezuela y que posteriormente reconoció como mandatario encargado de ese país al opositor Juan Guaidó.

Bajo la presidencia del izquierdista Fernández, Argentina ha apoyado los informes de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, sobre abusos del régimen chavista, pero se retiró del Grupo de Lima, una entidad que prácticamente ya no opera.

«Bachelet intervino, trabajó junto al gobierno de Venezuela. Muchos de esos problemas se han ido disipando con el tiempo. Estamos viendo cómo a partir de los acuerdos logrados por el Grupo de Contacto (Unión Europea y países latinoamericanos), Venezuela ha ido avanzando en su proceso electoral», apuntó el mandatario argentino.

Es momento de ayudar a Venezuela a que recupere plenamente su normal funcionamiento como país y como sociedadAlberto Fernández, presidente de Argentina

Lo que el mandatario argentino ignoró fue que para restablecer la normalidad democrática en Venezuela, es necesaria una transición a la libertad y la investigación de los crímenes de Lesa Humanidad cometidos por el chavismo.

Por su parte, el régimen de Nicolás Maduro celebró en diciembre pasado elecciones regionales bajo supervisión de una misión de la Unión Europea, que elogió avances en el sistema si bien destacó irregularidades que afectaron la «transparencia» del proceso.

La dictadura de Maduro calificó entonces de «enemigos» y «espías» a los delegados europeos, que no pudieron regresar al país a entregar el informe definitivo sobre ese proceso electoral.