Permiso para violar: la mujer de un soldado ruso le dejó forzar a las ucranianas «pero con protección»

Los soldados rusos en Ucrania recurren a la violación como arma de guerra. Sus crímenes sexuales ya suman decenas y decenas de víctimas. Así lo denunció un comité de mujeres ante Naciones Unidas, mientras pedía una investigación independiente para la espeluznante cantidad de abusos.

El Servicio de Seguridad ucraniano interceptó una llamada entre un soldado ruso y su mujer, que lo esperaba en casa. Durante la conversación, se escuchó como ella le daba permiso para cometer actos de violencia sexual mientras permanece en Ucrania.

«Tu ve allí, viola a las mujeres ucranianas, y no me cuentes nada. ¿Me entiendes?», autorizó la rusa a su marido.

«Si, lo permito. Pero ponte protección», agregó más adelante ella, según la cadena Radio Free Europe (RFE), medio estadounidense que consiguió identificar a la pareja: se trata de un soldado de 27 años, y su esposa. Lograron destapar sus identidades al vincular los números de teléfono con publicaciones en redes sociales.

El soldado ruso admitió, frente a RFE, estar destacado en Sebastopol, enclave portuario en Crimea y base de la flota de Rusia en el Mar Negro. El joven confirmó su identidad, pero negó haber participado en la conversación, a pesar de que RFE comprobó que su voz y la de su mujer coincidían con las de la llamada.

Sin embargo, aún no se ha acusado al hombre de ninguna violación. Radio Free Europe añadió, en su informe, que ambos podrían haber estado bromeando: se escuchaban risas durante el dialogo.

La violación como arma de guerra

Broma o no, el problema de la violencia sexual en Ucrania es real y aterrador. La comisionada del parlamento ucraniano para los derechos humanos, Lyudmila Denisova, acusó a las fuerzas rusas de ciertos casos, particularmente crueles, de violencia sexual.

Por ejemplo, en Bucha, cinco soldados rusos forzaron a una niña de 14 años, que ahora está embarazada. En la misma ciudad, ubicación de una infame masacre a manos de las fuerzas rusas, un niño de 11 fue violado frente a su madre, a la que obligaron a presenciar la agresión.

Denisova exige que estos casos, y decenas más, se incluyan en la investigación de la comisión de la ONU encargada de evaluar las violaciones a los derechos humanos y la ley humanitaria internacional.

De hecho, varios embajadores de la organización piden a la Corte Criminal Internacional que investigue independientemente el creciente número de acusaciones de violación, denuncias hechas por las mujeres ucranianas contra los soldados rusos.

También la organización internacional Human Rights Watch advirtió contra el uso de la violación como arma de guerra en Ucrania.

Las madres que animan a sus hijos a matar a civiles

Desde Rusia, muchos familiares animan a los soldados a emplear la violencia contra civiles. Según informa The Times, el Servicio de Seguridad de Ucrania interceptó otra llamada, en la que una madre presionaba a su hijo para que matase a civiles.

«Hijo, no te vengas abajo. Si supieras lo que están haciendo, te darías cuenta del gran trabajo que estás haciendo en Ucrania. Que no se te olvide, y dile a todos lo mismo», insistió la mujer, desde Rusia.

«¿A que te refieres, que estamos haciendo? ¿Matar a civiles y a niños?», preguntó, algo sorprendido, el soldado.

«No, no estas matando a civiles y a niños. Estas matando a pu*** fascistas», replicó su madre.

Así, demostró la mentalidad generalizada en ciertos grupos rusos. La constante propaganda de la televisión estatal empuja la narrativa de que las operaciones militares en Ucrania son necesarias para «desnazificar» el país, y las babushkas rusas, en casa, se lo creen a pies juntillas.