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Los candidatos a las presidenciales francesas, Marine Le Pen y Emmanuel MacronAFP

Elecciones Francia 2022

Así votaron los franceses: Macron ganó en las grandes ciudades y la clase trabajadora apoyó a Le Pen

Macron ganó gracias al apoyo de los jubilados, la clase alta y los votantes del centro e izquierda, mientras que Le Pen amplió su implantación territorial al imponerse en hasta 30 departamentos

Los franceses volvieron a otorgar este domingo su confianza al presidente Emmanuel Macron, que dispondrá de cinco años más para aplicar su programa liberal ya sin el condicionante de la covid. Pese a ello, el mandatario de 44 años ha logrado una victoria sin el brillo de 2017 y con muchos peros: la cifra de abstención histórica y los más de 13 millones de votos obtenidos por su adversaria, una Marine Le Pen que ha llevado a la derecha radical a su mejor resultado en unas presidenciales, denotan el hartazgo de la población francesa con su gestión e incluso con la propia configuración de la Quinta República.

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Le Pen: de dos a treinta departamentos

Macron logró la victoria en 77 de 107 departamentos, frente a los 49 que se anotó en la primera vuelta. También ganó en las diez ciudades más pobladas del país, arrasando en París, donde se llevó el 85 % de los sufragios. Por su parte, Marine Le Pen se impuso en hasta 30 demarcaciones, lejos de las 41 en las que venció en la primera vuelta. La candidata de Reagrupamiento Nacional (RN) se consolidó en el noreste y el sur del país y consiguió el apoyo mayoritario de los ciudadanos de los territorios de ultramar, dominados en la primera vuelta por el izquierdista Jean-Luc Mélenchon.

Aún así, la líder de la derecha radical experimentó un avance significativo en su implantación territorial respecto a la segunda vuelta de 2017, en la que solo batió al líder de La República en Marcha en dos departamentos: Aisne y Paso de Calais, en la Alta Francia. Como contrapunto, sus resultados en las grandes urbes no fueron tan positivos: apenas superó el 40 % de los votos en tres de las diez mayores ciudades del país —Marsella, Niza y Lille—.

En total, Macron obtuvo 18,77 millones de votos, casi dos millones menos que en las últimas elecciones presidenciales (20,74), mientras que Le Pen se anotó 2,69 millones de sufragios más que en 2017 (10,64 millones) y avanzó hasta un 41,46 % que a la postre resultó insuficiente para batir a su rival.

El frente republicano se mantiene

Una de las grandes incógnitas de la noche electoral era comprobar si la elevada desafección política provocaría el derribo del frente republicano, un «cordón sanitario» marcado por las principales formaciones políticas francesas para evitar a llegada del Frente Nacional a la presidencia.

Con una Marine Le Pen más fuerte que nunca, los 7,7 millones de electores que apostaron por Mélenchon en primera vuelta—cuya campaña impugnaba la gestión de Macron en los cinco últimos años— resultaban claves para el desenlace de la elección. Finalmente, la mayoría de sus votantes apostó por la continuidad del actual presidente (42 %), mientras que un 24 % se abstuvo y apenas un 17 % votó por la candidata de Reagrupamiento Nacional, según un sondeo de la firma Ipsos.

El exbanquero también recibió importantes transferencias de voto del candidato ecologista, Janick Jadot (65 %), y del centroderecha de Valérie Pécresse (53 %). Por el contrario, tres de cada cuatro electores del polemista Éric Zemmour (73 %) se inclinaron por Le Pen.

Los trabajadores apuestan por Le Pen

Los jóvenes y los más mayores fueron los principales apoyos de Emmanuel Macron: siete de cada diez personas de más de 70 años votaron al fundador de La República en Marcha, al igual que seis de cada diez jóvenes de entre 18 y 24 años. Su contrincante obtuvo sus mejores resultados entre los franceses de 50 a 59 años (51 %) y los de 25 a 34 (49 %).

Las elecciones de este domingo también confirmaron que la derecha radical francesa se ha hecho fuerte entre las clases populares: dos de cada tres obreros votaron a Le Pen, al igual que el 57 % de los trabajadores. De hecho, el respaldo recibido por la candidata de Reagrupamiento Nacional es mayor entre los electores con menores ingresos mensuales, al contrario de lo que ocurre con su adversario.

El exministro de Economía de Hollande fue el candidato predilecto de los que perciben más de 3.000 euros al mes (65 %) y tuvo sus principales caladeros de voto en los altos directivos (77 %), los jubilados (68 %) y los profesionales intermedios (59 %).

La mayor abstención en 53 años

Un 28 % de los franceses no fue a votar este domingo. Se trata de la segunda mayor tasa de abstención de la Quinta República Francesa tras la registrada en 1969 (31 %), con el caldo de cultivo del Mayo del 68. Este indicador ha crecido de forma ininterrumpida desde 2007 y se sitúa 2,6 puntos porcentuales por encima de la cifra de la segunda vuelta de 2017 (25,4 %).

El principal motivo alegado por los electores abstencionistas para no participar en los comicios es la lejanía de los candidatos a la presidencia respecto a sus ideas (35 %). La distancia entre la clase política y las preocupaciones de la ciudadanía francesa se revela en que solo una de cada cuatro personas considera que el actual presidente «comprende bien los problemas de la gente», según revelaba una encuesta preelectoral de Ipsos.

Otras de las razones aludidas por aquellos que no votaron este domingo fueron que estaban cansados de ir a votar para «bloquear» a un candidato (25 %) o consideraban que que el resultado de la elección estaba decidido (24 %). Incluso un 10 % creía que «la elección no tendrá impacto sobre su vida o sobre la situación del país».

A favor de la cohabitación

El 43 % de los franceses cree que el segundo mandato de Macron tendrá una orientación política similar al anterior, mientras que un 35 % piensa que hará políticas más progresistas y dos de cada diez que se derechizará. La dirección de su presidencia y su capacidad de actuación estarán marcadas por los resultados de las elecciones legislativas, que se celebran en junio.

A cuatro de cada diez encuestados por Ipsos les gustaría que las formaciones de izquierda y derecha radical, Francia Insumisa y Reagrupamiento Nacional, fueran los principales beneficiados por esta cita electoral, frente a un 26 % que desearía que tuvieran un impacto favorable para La República En Marcha.

De hecho, el 56 % de los franceses preferiría que Macron cohabitara los próximos cinco años con un Gobierno de la oposición, un escenario con el que ya tuvieron que lidiar François Mitterrand o Jacques Chirac durante sus mandatos. Por ello, el futuro de la presidencia del actual inquilino del Elíseo se decide definitivamente en los próximos meses.