76 días de guerra en Ucrania
Rusia lanza misiles hipersónicos en Odesa pero la bandera de Ucrania ondea en la planta Azov
La ciudad es un importante puerto del Mar Negro, clave para la exportación del grano ucraniano, y su asedio supone un peligro para la seguridad alimenticia global
El lunes nueve de mayo, «Día de la Victoria» en Rusia, su presidente, Vladimir Putin, justificó su guerra en Ucrania. Denunció que la presencia de la OTAN en sus fronteras suponía una «amenaza».
En tono conciliador, habló de presuntos intentos de diálogo con Occidente. Esa misma noche, sus fuerzas lanzaron un brutal ataque sobre Odesa, que amaneció entre ruinas y bajo una lluvia de misiles.
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Durante su discurso previo al desfile, Putin animó a los rusos a seguir combatiendo, y repitió, una vez más, que estaban luchando contra los nazis en Ucrania.
Su ejército siguió destruyendo la infraestructura de la planta siderúrgica de Azov, en Mariúpol, donde resisten las últimas tropas de Ucrania.
En Odesa, mayor puerto de exportación de Ucrania en el Mar Negro, murió una persona y otras cinco salieron heridas cuando siete misiles impactaron contra un centro comercial y un complejo industrial, según informan las Fuerzas Armadas de Ucrania en Facebook.
Los misiles hipersónicos, de tipo Kinzhal, fueron disparados desde el aire, y dieron de pleno en «una infraestructura turística», según Sergey Bratchuk, portavoz de la administración militar regional de Odesa.
Grabaciones de vídeo, que mostraban las secuelas del ataque, enseñaban el enorme incendio. También se veía al personal de rescate rebuscando entre las ruinas y regando los escombros en llamas.
«Mientras buscaban objetivos militares, los misiles dieron contra un centro comercial 'extremadamente peligroso', y un complejo industrial», publicó Natalya Gumenyuk, portavoz del ejército de la región, en Facebook.
Una humareda densa y oscura llenó el histórico puerto. Pero a causa del toque de queda, las calles estaban vacías cuando los misiles aterrizaron en 22:30.
El grano varado en Odesa
Una de las características determinantes de Odesa radica en su importancia como centro de transporte marítimo, por el que circula aproximadamente un 65% de las importaciones y exportaciones de Ucrania.
Kiev y sus aliados no dejan de intensificar los esfuerzos para tratar de desbloquear los puertos, o abrir nuevas rutas para exportar importantes cantidades de grano, trigo, y maíz.
Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, visitó Odesa para reunirse con el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal.
Pero la reunión se vio interrumpida por un bombardeo, que obligó a los dos políticos a continuar con su conversación dentro de un bunker, según la cuenta de Twitter de Shmyhal.
Michel compartió, por su parte, que había visto «silos llenos de grano, trigo, y maíz» en Odesa, listos para ser exportados, pero bloqueados e inmóviles.
La guerra supone una amenaza para la seguridad alimenticia global. Así lo destacó el presidente Zelenski durante su discurso nocturno.
Advirtió de que, sin las exportaciones de Ucrania, docenas de países ya estaban «al borde de la escasez alimenticia», y de que la situación iba a volverse «terrorífica».
La bandera de Ucrania ondea en la planta Azov
A casi 1.000 kilómetros de Odesa, la planta siderúrgica de Azov, que la semana pasada estuvo en el foco de la ofensiva rusa, no descansa. Logró evacuar a sus civiles, pero permanece bajo un constante bombardeo del enemigo.
Petro Andriushchenko, asesor del alcalde de Mariúpol, compartió un emotivo video de la bandera ucraniana ondeando sobre la planta siderúrgica Azov, lugar donde las fuerzas ucranianas demostraron inmenso valor y heroica resistencia en su defensa contra los rusos.
Los soldados ucranianos que permanecen atrincherados en el laberinto de túneles bajo la planta de Azovstal, no tienen armamento de defensa aérea, ni tanques o artillería. Los aviones de Rusia cubren el territorio, sin dejar de lanzar bombas.