Maria Alyokhina huyó de Rusia disfrazada de repartidor de comida a domicilio
77 días de guerra en Ucrania
Así escapó de Rusia una integrante de 'Pussy Riot': disfrazada de repartidor y bajo orden de captura
La activista feminista, bajo arresto domiciliario, huyó del país tras ser destinada a un campo de trabajos forzados
Pussy Riot es un grupo de activismo feminista ruso. Siembran sus ideas, en Rusia consideradas radicales, a través de música rock, y actos de espectáculos de «guerrillas» escenificadas en lugares públicos.
La invasión a Ucrania provocó que, dentro de Rusia, las restricciones y la censura se intensificasen. El grupo Pussy Riot, que ya de por si se veía a menudo reprimido por las autoridades, quedó en una posición aún más precaria por su activismo centrado en los derechos humanos.
Ante esa situación, su líder, Maria Alyokhina, decidió huir del país, para evitar el encarcelamiento. No habría sido su primera vez entre rejas; la feminista ya ha pasado antes por prisión. De hecho, se encontraba encerrada bajo arresto domiciliario cuando el presidente ruso Vladimir Putin anunció que Alyokhina, y otros presos como ella, tendrían que pasar los días restantes de su condena en un campo de trabajo correctivo.
No vaciló, y tomó la decisión de salir de Rusia.
«Fue una semana mágica. Parecía una novela de espías», explicó Alyokhina, durante una entrevista con el periódico americano The New York Times.
La activista tuvo que disfrazarse de repartidora de comida a domicilio para salir de su casa sin ser vista. Dejó el móvil atrás, como señuelo, pensando que así sería más probable que las autoridades no se percatasen de su fuga.
En el vehículo de un amigo, llegó hasta la frontera entre Bielorrusia y Lituania, con un visado que obtuvo valiéndose de su documento de identidad ruso (tenía el pasaporte confiscado). Pero para entonces, Alyokhina ya figuraba en la lista de busca y captura de Rusia, y fue detenida durante seis horas.
No logró cruzar hasta el tercer intento, y fue gracias a un amigo suyo, el artista islandés Ragnar Kjartansson, que pudo convencer a un país europeo de que le concedieran un visado especial. Hizo llegar el documento hasta Bielorrusia por contrabando, y, valiéndose de él, la integrante de Pussy Riot entró en Lituania por la puerta grande.
«Estoy feliz de haber salido, por que ha sido un golpe para las autoridades rusas. Pero aún no entiendo del todo que es lo que he hecho, exactamente», admitió la activista al periódico británico The Times.
Rusia y la libertad de expresión
Maria Alyokhina no es ninguna novata en esto de ser víctima de la represión rusa. Ya ha sido encarcelada seis veces, desde que Pussy Riot irrumpiese en la escena hace más de una década, cuando utilizaba su música para burlarse de la relación corrupta entre el Kremlin y la Iglesia Ortodoxa Rusa.
«No creo que Rusia deba seguir existiendo. Incluso desde antes de la guerra, había dudas sobre su unidad, los valores que la unen, y la dirección en la que se mueve. Pero ya no creo que haya tantas dudas», explicó Alyokhina.
