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El presidente ruso, Vladimir PutinAFP

Putin pretende extender la disuasión nuclear a los territorios ocupados por Rusia en Ucrania

Los responsables militares rusos vuelven a modificar sus objetivos después del fracaso de la ofensiva sobre la ciudad de Járkov

Rusia está reculando, una vez más, en sus objetivos y estrategia en Ucrania después de los últimos reveses en el campo de batalla.

Si el fracaso en Kiev y en el norte del país llevó a los estrategas del Kremlin a centrarse en conquistar el Donbás, el repliegue ruso en torno a la ciudad oriental de Járkov habría hecho que los responsables militares de Moscú rebajen de nuevo sus expectativas.

Según el último informe del Institute for the Study of War (SW), los asesores militares de Putin habrían llegado a la conclusión de que controlar todo el Donbás es, en este momento, imposible.

Rusia ha perdido demasiadas tropas y demasiado material militar que es incapaz de reponer. Por ello, su objetivo ahora es afianzar las conquistas territoriales en el este y sur del país y frenar las contraofensivas ucranianas.

En una segunda fase, el Kremlin pretende construir nuevas estructuras administrativas prorrusas en los territorios conquistados y anexionar formalmente dichos territorios a la Federación Rusa.

Según el informe de SW, la incorporación de los territorios obtenidos por conquista militar permitiría a Rusia aplicar en ellos la doctrina rusa sobre armas nucleares.

Dicha doctrina justifica el empleo de armas nucleares cuando sienta parte de su territorio amenazado.

La disuasión nuclear permitiría a Rusia poner fin a las contraofensivas ucranianas y atrincherarse en los territorios anexionados en un momento en que sus capacidades militares convencionales están comprometidas.

Al igual que hizo en Crimea en 2014, a Moscú le importa poco el no reconocimiento internacional de su soberanía sobre los territorios ucranianos conquistados y aplicará una política de hechos consumados.

SW señala en su informe que Rusia teme un colapso de su ejército en los próximos meses, con deserciones masivas y motines de los soldados contra sus superiores.

Una situación así dejaría al Ejército ruso muy vulnerable frente a las contraofensivas ucranianas. La única manera de evitarlo sería la disuasión nuclear.

Por ello, en el Kremlin tienen prisa por anexionar todos los territorios ocupados, incorporarlos a la soberanía rusa y presentar la ampliación territorial de Rusia como un triunfo que justificaría la guerra.

Este análisis coincide con lo publicado el domingo por el ministerio de Defensa del Reino Unido.

Según su informe diario, «la ofensiva de Rusia en el Donbás ha perdido impulso y se ha retrasado significativamente». Además, el Ejército ruso «mantiene niveles cada vez más altos de desgaste».

Los informes de inteligencia militar del Reino Unido señalan que Rusia «ha sufrido la pérdida de un tercio de su fuerza de combate terrestre movilizada en febrero», cuando inició la invasión.

Destacan también que «las fuerzas rusas están cada vez más limitadas por la degradación de sus capacidades, la continua baja moral de las tropas y la reducida eficacia de combate».