Hispanoamérica
El Obispo nicaragüense, Rolando Álvarez, inicia un ayuno indefinido en protesta por la persecución de Ortega
En marzo, el representante del Vaticano en Nicaragua, el polaco Waldemar Sommertag, fue expulsado del país
La represión de la dictadura de Daniel Ortega no se detiene y la Iglesia Católica nicaragüense sigue siendo blanco de la persecución policial.
En marzo, el representante del Vaticano en Nicaragua, el polaco Waldemar Sommertag, fue expulsado del país, una decisión que la Santa Sede consideró «incomprensible».
Ahora, el obispo Ronaldo Álvarez, fuerte crítico del régimen de Ortega, se declaró este jueves en ayuno indefinido, en protesta por lo que considera una persecución y asedio policial contra él, su familia y su diócesis.
«Hoy he sido perseguido durante todo el día por la policía sandinista (...) en todo el momento durante todos mis movimientos del día», dijo Álvarez, a través de un vídeo difundido en las redes sociales.
El sacerdote, obispo de la provincia de Matagalpa y administrador apostólico de la diócesis de Estelí (norte), es además el encargado del área de Comunicación de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN).
Reveló que cuando pidió a los agentes que dejaran de perseguirlo, los policías le dijeron que obedecían «órdenes superiores».
«Entraron en mi círculo de privacidad familiar (..) poniendo en riesgo la seguridad de mi familia», acusó. Ante esta situación, el obispo buscó resguardo en una parroquia de Managua, donde fue acogido por el sacerdote Carlos Herrera.
Allí anunció que comenzará «un ayuno a agua y suero, indefinido, hasta que la policía» se comprometa, a través del presidente o vicepresidente de la Conferencia Episcopal, a respetar su integridad y la de su familia.
«Obispos golpistas»
Ortega ha acusado reiterada y públicamente a los obispos de «golpistas» por refugiar en sus templos a manifestantes que huían o fueron heridos durante la represión a las protestas que estallaron contra su gobierno en 2018. Desde entonces las relaciones entre el gobierno y la Iglesia son tensas.
Los jerarcas católicos también intentaron sin éxito mediar en un diálogo entre el gobierno y la oposición después de aquella crisis, y trasladaron a Ortega la propuesta opositora de adelantar las elecciones para recortar su periodo de gobierno.
«Me dolió que mis señores obispos tuvieran esa actitud de golpistas (...) se descalificaron como mediadores», les reprochó entonces Ortega.
Denuncias por abusos
Álvarez ha criticado la represión, el encarcelamiento de opositores y cuestionado las ambiciones de poder de Ortega y su mujer y vicepresidenta Rosario Murillo.
«Hacen que inocentes paguen condenas injustas, sentencias injustas o viciadas por la corrupción de los sistemas judiciales», denunció en una ocasión Álvarez.
«Debería de darle vergüenza a los que todavía se atreven a vociferar (..) en nombre de Jesucristo», advirtió por su parte en abril Rosario Murillo.
Más de 40 opositores fueron detenidos en 2021 y condenados a penas de hasta 13 años de prisión por «menoscabo a la integridad» y otros delitos. Todo ello antes de que Ortega, un exguerrillero en el poder desde 2007, fuera reelegido en noviembre de 2021 para un cuarto mandato consecutivo.