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Fotografía filtrada donde se ven torturas a un detenido en un centro de reeducaciónwww.xinjiangpolicefiles.org

Revelan el plan de China para reeducar a la totalidad de la población uigur

Pekín trata de eliminar las pretensiones secesionistas de la región de Xinjiang mediante la destrucción de la cultura uigur

China ha sufrido la filtración de miles de documentos secretos que demuestran los crímenes de Pekín contra la comunidad uigur, en la región de Xinjiang.

Fotografías, informes de seguimiento de ciudadanos, circulares con órdenes de disparar a matar a quienes traten de huir, o con instrucciones de detenciones…, una cantidad ingente de documentos que revelan al detalle los planes del Partido Comunista para eliminar la cultura uigur.

La BBC ha tenido acceso a los documentos y ha elaborado un informe sobre las sistemáticas violaciones de derechos humanos cometidas por China en Xinjiang.

Xinjiang está habitada por los uigures, un pueblo túrquico musulmán, y por otras minorías étnicas y culturales.

Pekín puso su foco represor en esta minoría en 2017 después de que aumentaran las protestas independentistas y antigubernamentales por la situación de discriminación que sufren por parte del gobierno comunista chino, que trata de asimilarlos.

La publicación de estos documentos se produce cuando la Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, se encuentra en la región para valorar la situación del respeto a los derechos humanos.

La visita de Bachelet no está exenta de polémica, pues se acusa a Pekín de preparar una visita teledirigida en la que la enviada verá aquello que Pekín quiera que vea.

Los documentos filtrados, sin embargo, muestran un panorama muy claro de cómo China somete a una vigilancia absoluta y permanente a todos los ciudadanos y efectúa detenciones arbitrarias por «delitos» como rezar o visitar un país musulmán.

Sesión de interrogatorio a un detenidowww.xinjiangpolicefiles.org

Estos motivos son suficientes para que las autoridades consideren a una persona como un peligroso radical o terrorista.

A Tajigul Tahir, de 60 años, internada en el campo de reeducación en octubre de 2017, la detuvieron porque su hijo ni bebía ni fumaba, y eso reflejaba «fuertes inclinaciones religiosas». Su hijo fue condenado a 10 años de prisión por terrorismo.

A otro detenido lo condenaron a 10 años de cárcel en 2017 por «haber estudiado los textos islámicos con su abuela» durante unos días en 2010.

A otros detenidos los han encarcelado por tener determinadas aplicaciones instaladas en el teléfono móvil o, por el contrario, por llevar mucho tiempo con el móvil apagado, lo que las autoridades interpretan como un intento de evitar la vigilancia policial.

Dejarse crecer la barba es también una señal de radicalismo que puede llevar a un hombre a prisión.

Humillación a detenidos dentro de uno de los centros de reeducaciónwww.xinjiangpolicefiles.org

Las autoridades someten a una vigilancia permanente a todos los ciudadanos para detectar actitudes radicales o sospechas de terrorismo.

Cualquier ciudadano puede ser requerido en dependencias policiales a cualquier hora, incluso de noche, para ser interrogado y fotografiado.

En algunos casos, se ha documentado que el 100% de algunas localidades fue convocada en centros policiales para ser fichados y, en varios casos, efectuar detenciones masivas, incluidas familias enteras con ancianos y niños.

Según las conclusiones del informe, el objetivo de Pekín es crear una base de datos sobre toda la población uigur para establecer un sistema de reconocimiento facial.

Los detenidos son internados en instalaciones que Pekín denomina «escuelas», pero que en realidad son campos de «reeducación» donde se somete a los internos a toda clase de humillaciones y castigos.

El informe recopilado por la BBC revela que estos campos de reeducación y las prisiones formales funcionan como dos sistemas interrelacionados dentro de una estrategia de detención masiva contra los uigures.

El objetivo de Pekín es que la práctica totalidad de la población uigur pase antes o después por estos centros y que, cuando salgan, se conviertan en ciudadanos chinos leales a Pekín y al Partido Comunista, sin identidad cultural ni religiosa ni, sobre todo, ansias independentistas.

Traslado de un detenido en un centro de reeducaciónwww.xinjiangpolicefiles.org

Por el momento, más de 1,2 millones de uigures, y miembros de otras minorías de Xinjiang, han pasado por los centros de reeducación.

Según uno de los documentos filtrados, el objetivo de los centros es acabar con la identidad de los detenidos: «Romper su linaje, romper sus raíces, romper sus conexiones y romper sus orígenes».

Las órdenes filtradas revelan que China sigue una estrategia para eliminar la fe islámica en esta amplia región del occidente chino.

Al igual que en el Tíbet, Pekín ve en el budismo y la cultura tibetana un peligro para la integridad territorial China, en Xinjiang valoran de la misma manera la religión islámica mayoritaria y la cultura uigur.

Ayudar a librarse del extremismo

Los archivos filtrados incluyen decenas de miles de fotografías de fichas policiales y de la vida dentro de los campos de reeducación, además de información sobre más de 20.000 detenidos uigures.

Los prisioneros son «reeducados» con violencia para hacerlos leales a Pekínwww.xinjiangpolicefiles.org

El ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi, afirmó en 2019 que «los centros de educación y capacitación en Xinjiang son escuelas que ayudan a las personas a liberarse de su extremismo».

Según se ve en las fotografías, la «ayuda» incluye palizas con porras, ojos vendados y grilletes, entre otros métodos de violencia física.

El recinto está fuertemente vigilado francotiradores y torretas de ametralladoras. Los policías tienen orden de disparar a matar a todo aquel que trate de escapar.

La información filtrada llega hasta finales de 2018. A partir de 2019, el gobierno endureció las medidas de seguridad de sus archivos referidos a la represión en Xinjiang, lo que ha evitado que los documentos posteriores a 2018 puedan piratearse.

Los hackers que han accedido a la información enviaron los documentos al dr. Adrian Zenz, académico de a Fundación Conmemorativa de las Víctimas del Comunismo. Posteriormente, el dr. Zenz proporcionó a la BBC toda la documentación.

En un artículo en el que analiza el contenido de los documentos, el dr. Zenz explicó que todos los documentos «son confidenciales. Tenemos transcripciones de discursos donde los líderes hablan libremente sobre lo que piensan de verdad. Tenemos hojas de cálculo, imágenes… Es algo sin precedentes y destruye la fachada de la propaganda china».