Xi Jinping y Michelle Bachelet en video conferencia
Xi Jinping desprecia la «arrogancia» de Bachelet por investigar los abusos a uigures en China
La Alta Comisionada de la ONU para los DD. HH. se encuentra de visita en el gigante asiático para informar de los abusos del régimen chino contra los uigures y otras minorías
Michelle Bachelet, ex presidenta de Chile, revisa sobre el terreno las violaciones de los derechos humanos en China y en especial, los abusos cometidos contra los uigures y otras minorías musulmanas.
La visita al gigante asiático de la antecesora y sucesora de Sebastián Piñera en el Palacio de La Moneda, se ha encontrado con una respuesta inesperada. El mismísimo Xi Jinping ha expresado su malestar por la presencia de la Alta Comisionada de la ONU en la República popular China.
El secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China, presidente de la Comisión Militar Central y presidente, se refirió a Michelle Bachelet con cierto despreció por asumir, a su juicio, atribuciones de tribunal que no le corresponden. El líder supremo de la República Popular China advirtió que ningún país puede, desde la «arrogancia», decirle a otro cómo defender los Derechos Humanos.
En esta línea, según informa Efe, añadió que esos derechos y libertades «no se deben politizar para interferir en los asuntos internos de otros países».
Xi y Bachelet, que permanecerá en China hasta el viernes, ni siquiera se han visto las caras ni tienen previsto hacerlo en persona. Ambos mantuvieron una reunión virtual un día después de que aparecieran nuevas publicaciones que documentan la vida en el interior de los llamados centros de «reeducación» en la región occidental de Xinjiang.
En esos, en rigor campos de concentración, estarían recluidos cientos de miles de personas de la etnia de los uigures junto a otras minorías musulmanas. El número exacto que ha pasado por estos lugares, como todo lo que afecta al régimen, que sucede en China, se desconoce, pero se calcula que podría alcanzar el millón.
La misión de Bachelet, que llegó el lunes a China, consiste en recabar el mayor número de testimonios, indicios, datos y hechos que demuestren los atropellos y abusos cometidos en la región de Xinjiang.
La libertad de movimientos de la Alta Comisionada de Naciones Unidas no está, como la de nadie en China, garantizada.