92 días de guerra en Ucrania
¿Por qué Rusia no ha declarado la guerra a Ucrania?
El factor sorpresa, y la necesaria rapidez de los asaltantes son dos de los elementos estratégicos que afectan a esta decisión
En los inicios de un conflicto armado existen cuestiones estratégicas y militares para no hacer una declaración de guerra previa a la agresión.
La primera de ellas es la indudable importancia del factor sorpresa y la necesaria movilidad y rapidez de los asaltantes (blitzkrieg) en los prolegómenos de la invasión. Pero, en el caso de la guerra impuesta a Ucrania, juegan ahora factores políticos internos y de Derecho internacional.
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El Gobierno ruso evita utilizar el término «guerra» para referirse a los combates que mantiene en su vecina Ucrania. Se muestra reticente a emplear otra expresión que la cabalística «operación militar especial» para referirse a la invasión del país antaño hermano. En el relato del Kremlin no hay guerra alguna en marcha.
Esta no es la primera vez que el Gobierno ruso manda sus carros de combate y sus bombarderos a otro país evitando usar la palabra «invasión» o «guerra». Así ocurrió ya en agosto de 2008, cuando, con Vladímir Putin de primer ministro y Dmitri Medvédev de presidente, el Ejército ruso invadió Georgia para facilitar la secesión de Osetia del Sur y Abjasia, lo que Moscú calificó de «operación de imposición de la paz».
La movilización general
El analista experto en Rusia de Crisis Group, Oleg Ignatov, del Partido Rusia Unida, subraya que «declarar la guerra es el escenario más difícil». Crisis Group fue fundada en 1995 por el británico Mark Malloch Brown, antiguo jerarca de la ONU y del Banco Mundial.
Eso «cambiaría toda la narrativa del Kremlin», señala el Dr. Ignatov, porque Putin se vería forzado a admitir que la invasión de Ucrania no salió según lo planeado y Moscú se ha replanteado los nuevos objetivos, más reducidos.
Además, dañaría la economía rusa ya bastante afectada y también reduciría el apoyo doméstico al presidente Putin, cuando se vayan templando los fervores nacionalistas.
Sin embargo, tampoco el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky ha declarado formalmente la guerra a Rusia, aunque impuso la ley marcial en Ucrania cuando comenzó la invasión rusa a finales de febrero, limitando los medios de comunicación y reduciendo la oposición política. Una declaración oficial de guerra podría agravar la situación para todos y aumentar la escalada militar, con efectos para todas las partes.
La declaración de guerra
Desde que en el siglo XVI el español Francisco de Vitoria formuló su teoría de la guerra justa, la declaración de guerra venía siendo un principio formal notoriamente establecido.
Las Naciones Unidas no han terminado de elaborar una definición de la agresión. Ni la Corte Penal Internacional ha conseguido avances en su búsqueda de una definición del crimen de agresión.
Los desacuerdos giran en torno a dos cuestiones: en primer lugar, cuáles deben ser los elementos que tiene que contener la definición de ese crimen bélico para incorporarla en el Estatuto de Roma y, en segundo lugar, las condiciones en las que la corte ejercerá su competencia sobre el delito de agresión, considerando las relaciones y facultades entre la Corte Penal Internacional y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en la determinación de actos estatales de agresión.
La declaración de guerra
La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, en su Resolución 3314 de 1974, aceptada como recomendación no vinculante, considera en su artículo 2 que el primer Estado que use la fuerza armada es el que ha cometido un acto de agresión.
El Estado agredido puede acogerse al artículo 42 del Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas, por el cual el Consejo de Seguridad de la ONU tiene capacidad para autorizar el uso de la fuerza para restablecer y mantener la paz.
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Es la prolongación en el tiempo del Pacto de la Sociedad de las Naciones de 1919 que estableció las primeras disposiciones legales tendientes a promover la solución pacífica de controversias internacionales, el desarme, y a limitar al recurso a la guerra como último mecanismo de solución de diferencias.
El artículo 11 del Pacto declaraba expresamente que «toda guerra o amenaza de guerra... interesa a la sociedad entera y que ésta debe adoptar las medidas adecuadas para salvaguardar eficazmente la paz de las naciones».
Japón y Alemania serán castigadas por iniciar guerras de agresión en 1939 y en 1941 y eso que hubo declaraciones de guerra previas en la mayor parte de los casos.
El catedrático Oriol Casanovas, experto en Derecho Internacional Público de la Universidad Autónoma de Barcelona, considera que la ausencia de una declaración bélica previa se debe a la decisiva evolución del orden jurídico internacional a partir del final de la Segunda Guerra Mundial.
La guerra ha sido declarada fuera de la ley en el orden jurídico internacional contemporáneo: «La Carta de las Naciones Unidas consagra esta prohibición e impone, con muy escasas excepciones entre las que destaca el derecho de legítima defensa, la obligación de abstenerse de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza».
La OTAN rusa
La Federación Rusa pertenece a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), creada el 15 de mayo de 1992 y conocida como el Pacto Taskent, con la intención de tejer alianzas entre los países del antiguo espacio postsoviético tras la caída de la URSS.
Aunque al principio la alianza contaba con Georgia, Azerbaiyán y Uzbekistán, actualmente, los únicos países que la conforman son Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Rusia y Tayikistán.
Según el artículo 4 de la OTSC (15 de mayo de 1992), «si uno de los Estados Miembros sufre una agresión (ataque armado que amenace la seguridad, estabilidad, integridad territorial y soberanía), será considerado por el resto de Estados Miembros como una agresión hacia todos ellos». Es el equivalente al artículo 5 de la OTAN.
El caso de Ucrania no responde, en las actuales circunstancias, al artículo 4 de la OTSC pero si el territorio ruso fuera atacado sí sería de aplicación.
Pocas naciones han declarado formalmente la guerra a otra desde 1945 y muchas conflagraciones se han producido sin una declaración formal de hostilidades: Guerra de las Malvinas, bombardeo de la OTAN sobre Yugoslavia, guerra peruano-ecuatoriana, conflictos entre Honduras y Nicaragua, guerra de Abjasia, invasión de Estados Unidos a Panamá, guerra de Nagorno Karabaj…