El ministro de educación de Macron, Pap Ndiaye, en cinco frases

Pap Ndiaye, nuevo ministro de Educación y Juventud de Francia es un brillante universitario e investigador riguroso, pero su nombramiento al frente de una cartera ministerial clave a las puertas de las legislativas, representa una apuesta arriesgada de Emmanuel Macron.

Con la designación de Ndiaye, el presidente francés ha hecho un guiño a la izquierda al tiempo que ha enfadado al ala derecha de su mayoría. A continuación, cinco frases que podrían ayudar a conocer mejor el ideario del nuevo ministro estrella del segundo mandato de Macron.

Racismo antiblanco

«Hablar de un racismo antiblanco es una fórmula cargada de insinuaciones que, en nombre de un lenguaje de la verdad, retoma temas que desde hace tiempo son corrientes en la extrema derecha». (La Condition noire, 2008)

Racismo de Estado

«El racismo de Estado presupone que las instituciones del Estado están al servicio de una política racista, lo que obviamente no es el caso de Francia. [Por otro lado, existe un racismo estructural en Francia, por el que instituciones como la policía pueden incurrir en prácticas racistas. Hay racismo en el Estado, no hay racismo de Estado». (Le Monde, 2017)

Estadísticas étnicas

«Por último, conviene incriminar la ausencia de evaluaciones estadísticas de las poblaciones en cuestión: en resumen, no conocemos el número de negros que viven en Francia, y menos aún su desglose por categorías socioprofesionales, por ejemplo, a menos que procedamos por sesgo estadístico basado en el lugar de nacimiento». (De la cuestión social a la cuestión racial, 2006)

Desmontando estatuas

«¡Debatir sobre la retirada de estatuas es fascinante! No para confrontar posiciones binarias -desmontar o no-, sino para comprender por qué se plantea la cuestión e imaginar propuestas creativas: en Bristol, Banksy propuso transformar la estatua de un traficante de esclavos, sin destruirla, pero subvirtiéndola radicalmente...». (Le Monde, 2021)

Blackface

«El hecho de maquillarse, de vestirse y de llevar trajes es una parte integral de la actuación, ya sea ópera o teatro. Pero disfrazarse de negro o de asiático es muy ofensivo. Muchos teatros de ópera de todo el mundo ya han prohibido el uso de caras negras. Básicamente, ofrece posibilidades creativas mucho más interesantes para los directores de ópera que la simple aplicación de una pintura facial de poco color». (France Inter, 19 de febrero de 2021)