Hispanoamérica
La dictadura cubana sienta en el banquillo a uno de los intérpretes de Patria y vida
Maiykel Castillo, cointerprete de la canción ganadora del Grammy Latino, es juzgado por el delito de «difamación de las instituciones»
La canción Patria y vida, se convirtió en un auténtico himno a la libertad para miles de jóvenes cubanos que se manifestaron en La Habana en julio del año pasado.
Hoy en la capital cubana, el régimen castrista inició el juicio contra el rapero Maiykel Castillo, cointerprete de la pieza musical ganadora del Grammy Latino, por el delito de «difamación de las instituciones y organizaciones y de los héroes y mártires».
Según la dictadura, el juicio no está ligado a las protestas antigubernamentales del 11 de julio pasado y se les juzga por unos controvertidos hechos acaecidos el 4 de abril de 2021.
La acusación de la fiscalía
En versión de la fiscalía cubana, ese día, 'El Osorbo', como se le conoce al rapero, fue arrestado tras un encontronazo con unos agentes, aparentemente porque su acompañante no llevaba mascarilla debido a las restricciones por la pandemia.
Tras el hecho, el músico huyó, con unas esposas en una muñeca, a la casa del también artista Luis Manuel Otero Alcántara y gritó desde allí consignas contra el Gobierno.
El músico y Otero Alcántara, para los que la fiscalía pide 10 y 7 años de cárcel respectivamente, llevan en prisión provisional desde mayo del año pasado.
El juicio se está llevando a cabo en el Tribunal de Marianao de La Habana, mismo que ha sido rodeado por un cordón policial que sólo pudieron atravesar algunos familiares. Ni medios de comunicación ni oenegés de derechos humanos han tenido acceso al juicio según constató Efe.
«Memes» en Facebook como pruebas
Entre ellos, «escritos ofensivos contra la bandera» en las redes, publicar «memes» en Facebook para «ridiculizar y desacreditar» al presidente del país y acusar al Gobierno en un directo en redes por «la falta de recursos médicos» durante la pandemia.
Las ONG pro-derechos humanos Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional (AI) han exigido que sean liberados «de inmediato y sin condiciones».
Diplomáticos de Países Bajos, Alemania, República Checa, Reino Unido, Noruega y Suecia se acercaron a la sede del tribunal, pero no pudieron acceder a su interior. «Simplemente queremos entrar para observar el juicio y hasta ahora no hemos recibido permiso», aseguró un diplomático alemán en declaraciones a Efe.
Los diplomáticos siguen con «mucha atención» el caso y agregaron: «queremos que se respeten los derechos humanos en todos los lugares y países».
Mientras tanto, activistas cubanos calificaron de farsa el proceso y exigieron un juicio público y televisado. Sin embargo, los medios oficiales cubanos no informaron sobre el juicio. Por el contrario, varios activistas denunciaron en redes sociales estar sitiados en sus domicilios y sufriendo cortes de internet.