Hispanoamérica
¿Qué hay detrás de las concesiones de Biden a las dictaduras de Cuba y Venezuela?
Estados Unidos intentaría evitar un fracaso de la Cumbre de las Américas, recibir petróleo venezolano o incluso contener la influencia rusa en la región
Esta semana, la administración del presidente Joe Biden, suspendió parte de las sanciones al régimen de Nicolás Maduro y relajó las medidas restrictivas hacia Cuba impuestas por el expresidente Donald Trump.
La Casa Blanca anunció la suspensión de algunas sanciones contra Venezuela para reactivar el diálogo entre la oposición venezolana en torno a Juan Guaidó y la dictadura chavista.
Tras el anuncio, la petrolera estadounidense Chevron podría vincularse de nuevo con la petrolera estatal venezolana PDVSA.
Sin embargo, de acuerdo con fuentes estadounidenses, referidas por DW, las medidas de Washington no incluyen el permiso para extraer y exportar petróleo venezolano.
En el caso de Cuba, Biden levantará una serie de restricciones impuestas durante la administración Trump, facilitando procedimientos de inmigración, transferencias de dinero y vuelos a la isla, una decisión celebrada por La Habana.
Duras críticas en Washington
Las concesiones, aparentemente unilaterales, han recibido duras críticas tanto por líderes demócratas como republicanos.
Para el senador republicano Marco Rubio, Biden quiere «fortalecer un régimen ilegal y corrupto» que «socava la seguridad nacional estadounidense».
Por su parte, el demócrata Bob Menéndez, presidente del Comité de Exteriores del Senado, dijo que se trata de una estrategia fallida, puesto que Maduro recibiría una «limosna no merecida para que su Gobierno prometa sentarse en la mesa de negociaciones».
Günter Maihold, politólogo de la Fundación Ciencia y Política, advierte que no hay que subestimar la presión política que Biden enfrenta en EE.UU.: «Ambos bandos asumen un riesgo mínimo. Se conocen bien y saben, que, en el caso de Venezuela, puede haber desviaciones erráticas y que una creciente presión política interna puede llevar a una ruptura de las iniciativas que buscan relajar las sanciones», dijo Maihold en entrevista con DW.
¿Qué hay detrás de las concesiones?
Para Ana Soliz de Stange, politóloga de la Universidad Helmut Schmidt del Ejército alemán, el acercamiento tendría varias ventajas para Estados Unidos: «en el futuro, podrían volver a recibir petróleo venezolano, reducir la influencia rusa en América Latina y, al mismo tiempo, impulsar la transición democrática en Venezuela».
La apertura hacia ambos países tiene lugar a dos semanas de la Cumbre de las Américas, que se celebrará del 6 al 10 de junio en Los Ángeles.
En esta ocasión, varios presidentes hispanoamericanos, como el líder mexicano Andrés Manuel López Obrador, han dejado claro que solo asistirán si también se invita a los regímenes de Nicaragua, Venezuela y Cuba.
Según Maihold, Estados Unidos está bajo presión e intentaría evitar un fracaso de la cumbre en Los Ángeles. «De ahí que, de antemano, intente crear una atmósfera más positiva», señala el politólogo.
Para Ana Soliz de Stange, politóloga boliviana, el Gobierno estadounidense demuestra que es capaz de actuar pragmáticamente: «Las sanciones económicas no alcanzaron su meta de derrocar al Gobierno de Nicolás Maduro. Al contrario, hicieron que Venezuela se orientara hacia China y Rusia».
Lo cierto es que, las dictaduras de La Habana, Caracas y Managua, no entienden de gestos de buena voluntad, sino que aprovechan cada concesión, interna o externa, para reprimir con mayor fuerza a sus ciudadanos que simplemente desean vivir en libertad y prosperidad.
Una prueba de fuego con Cuba
En medio de las concesiones a La Habana, el gobierno de Biden parecía dispuesto a renovar su evaluación de que Cuba se encuentra entre un puñado de países que «no cooperan plenamente» con Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo.
Un documento hecho público este jueves, indica que el secretario de Estado Antony Blinken ratificaría ante el Congreso de EE.UU. que Cuba junto con Irán, Corea del Norte, Siria y Venezuela «no están cooperando plenamente con los esfuerzos antiterroristas».
Una decisión definitiva sobre este asunto, podría dilucidar hasta donde está dispuesto Biden a cambiar su postura con los regímenes autoritarios de Hispanoamérica.