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El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, en el Consejo Europeo

El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, en el Consejo EuropeoAFP

Guerra Ucrania-Rusia

La UE cede ante Hungría para aprobar las nuevas sanciones a Rusia

La institución comunitaria impone el veto a dos tercios del petróleo ruso y deja fuera del sistema SWIFT al mayor banco del país

La Unión Europea ha llegado finalmente a un acuerdo para imponer un veto a las importaciones de petróleo ruso en todo el espacio comunitario. La medida ha sido muy polémica, sobre todo, para países como Hungría, que dependen mayoritariamente de la energía rusa. El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, que ha sido contrario a este veto, ha conseguido que se excluya la importación que llega a través de oleoductos para, así, garantizarse la «seguridad de suministros».

La UE, en línea con el acuerdo al que habían llegado los Veintisiete en la Cumbre de Versalles el pasado mes de marzo, busca acabar con la dependencia energética de Rusia para 2027. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha explicado que en este sexto paquete de medidas contra Moscú se recorta el suministro de petróleo a los Estados miembros en un 90 %, «cortando una enorme fuente de financiación para su maquinaria de guerra».

Los países han acordado vetar todas aquellas importaciones que llegan por vía marítima, mientras se aseguran aquellas que llegan por los oleoductos que, según la presidente de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, actualmente son tres. Polonia y Alemania, que se benefician de la llegada del petróleo por las tuberías, se han comprometido a poner fin a estas importaciones para finales de 2022, mientras que Hungría no ha ofrecido una fecha concreta.

Michel, durante una rueda de prensa posterior a la reunión, y ante la pregunta de los periodistas, ha señalado que se abordará «pronto» ese 10 % de crudo restante. Éste, en su gran mayoría se suministra a través del oleoducto Druzba, que tiene dos direcciones: una que atraviesa Bielorrusia hasta Polonia y llega a Alemania y otra hasta Eslovaquia, la República Checa y Hungría, a través de Ucrania.

La aprobación del sexto paquete de medidas contra Rusia no se había podido aprobar aun por las diferencias entre los Estados miembros con respecto al veto al petróleo ruso. Hungría ya anunció que se opondría a esta nueva medida cuando se dio el visto bueno al veto del carbón. Orbán, tras su victoria en las elecciones generales húngaras el pasado mes de abril, reafirmó su postura contraria a la aprobación de nuevas sanciones contra Moscú.

Hungría importa alrededor del 60 % del petróleo y el 85 % de su gas desde Rusia, por lo que el primer ministro húngaro ha conseguido que la UE tenga en cuenta a aquellos países que no pueden importar petróleo desde el mar y dependen directamente de los oleoductos, excepción que también beneficia a otros países como Eslovaquia o República Checa, que apoyaban a Orbán.

«Hemos tenido en cuenta la seguridad del suministro para Hungría, por eso ha sido tan difícil el acuerdo», ha reconocido satisfecho Michel, después del fracaso de los Veintisiete, al no lograr ponerse de acuerdo en la cumbre celebrada hace medio mes por la oposición de esos países a las restricciones al crudo ruso.

El Sberbank, fuera de SWIFT

El nuevo paquete de medidas incluye otras sanciones, como la expulsión del mayor banco ruso, Sberbank, del mecanismo financiero internacional SWIFT. Asimismo, se amplía el listado de personas sancionadas y se prohíbe la emisión de tres nuevos medios rusos, como ya se hizo con RT y Sputnik por «desinformación» sobre la guerra de Ucrania.

Además, Von der Leyen ha anunciado que los Estados miembros han acordado trabajar «en un mecanismo para proporcionar a Ucrania un nuevo paquete de ayuda excepcional de hasta 9.000 millones de euros» para ayudar a la reconstrucción del país presidido por Volodimir Zelenski.

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