IX Cumbre de las Américas
Bambalinas de la última Cumbre de las Américas
El más multilateralista de entre nuestros lectores concederá que una cumbre hemisférica a la que no acudieran los jefes de Estado de México, Brasil y EE. UU. —los tres colosos americanos— nacería muerta. Para sorpresa de nadie, el mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) no se presentó a la IX Cumbre de las Américas celebrada en Los Ángeles.
IX Cumbre de las Américas
«El bueno, el feo y el malo», personajes que pasaron por la Cumbre de las Américas
No obstante el desplante de AMLO, la historia de las Cumbres de las Américas consta de declaraciones típicamente anodinas sin enforcement mechanism alguno. También esta última: el entregable más sustancial de la Cumbre fue una declaración sobre migración pero faltaron los líderes de México, El Salvador, Guatemala y Honduras, que no se especializan en la exportación de sosa cáustica precisamente.
De cualquier manera, los políticos, esos seres que viven en campaña electoral constante, no asisten a las cumbres para ofrecer soluciones a acuciantes problemas globales, sino a traer titulares de vuelta a casa.
A continuación, nos ponemos en los zapatos de personajes y personajillos americanos e interiorizamos su análisis costo-beneficio a la hora de volar a Los Ángeles —o quedarse en casa— y de esa cuestión de Estado que es decidir a qué líder perseguir por el pasillo por una foto.
AMLO, el gran ausente
Trocéese como «Las Américas», «Latinoamérica»o «Iberoamérica»; articúlese mediante la OEA, CELAC o Cumbre Iberoamericana; lo cierto es que a Andrés Manuel le vale gorro lo que yace al norte de Chihuahua y al sur de Chiapas, empleando la criolla expresión. Hace buena la anécdota de aquel diplomático mexicano que tuvo que ir a la España de Felipe González a descubrir qué era eso a lo que se llamaba «Latinoamérica».
El ombligo de México
Por su dimensión, México es naturalmente ombliguista. Es evidente que no le hace falta ir a una cumbre para hablar con su vecino y tratar agravios legítimos como el tráfico de armas rampante norte-sur, o el hecho de que a Washington le cueste tanto arrimar el hombro en Centroamérica.
«La verdad es que no ha invertido. Desde el gobierno del presidente Trump se ofrecieron los cuatro mil millones de dólares y hasta ahora no han aprobado en el Congreso nada en cinco años. Y entiendo las circunstancias y todo, pero en muy pocos días los legisladores aprobaron treinta y cinco mil millones para la entrega y envío de armas a Ucrania. No es reproche, ojalá se entienda», dijo recientemente AMLO en una de sus mañaneras.
En cambio, se suben por las paredes de la Secretaría de Relaciones sus cuadros más tecnocráticos —al menos quienes no dimitieron con la llegada de AMLO— tras décadas intentando salvaguardar la posición de México como puente entre la región y el Coloso del Norte, compitiendo con Brasil.
El mundo de AMLO
Cuba, Venezuela y Nicaragua no fueron invitadas a la Cumbre. Ausentándose, AMLO aplacó de paso a sus partidarios más nostálgicos de aquella travesía que emprendiera el Granma allá por 1956, zarpando desde aguas de Veracruz, repleto de guerrilleros, y desembarcando en las costas orientales de Cuba.
La ausencia se explica por la «solidaridad con pueblos hermanos», o mas bien porque el mundo de AMLO empieza y termina en su terruño tabasqueño.
A fin de cuentas, a AMLO no le interesa cuestionar la hegemonía de EE. UU. en el hemisferio como osara Hugo Chávez, sino alcanzar la suya propia dentro de México. El pasado domingo, su partido, Morena, se hizo con cuatro de las seis Gubernaturas en juego y se perfila a gobernar veinte de treinta y dos entidades del país.
Ganó el estado de Tamaulipas, con sus 19/50 aduanas del país if you know what I mean. También Quinta Roo, cuna de Cancún, donde se cumplió de manera más perfecta eso de que Morena es el nuevo PRI. De hecho, Morena venció usando la maquinaria del PRI, y estos últimos casi pierden su registro electoral.
El trueque de Bolsonaro
Finalmente, sí asistió a la Cumbre el presidente brasileño Jair Bolsonaro, si bien lo hizo a cambio de un encuentro y una fotografía con Biden.
Camino a las elecciones presidenciales de octubre, en las cuales se enfrentará al expresidente Lula, Bolsonaro busca homologarse de cara al votante mediano y garantizarse el voto antipetista con un perfil más digerible. Desde EE. UU., anunció la aprobación de la hoja de ruta para la adhesión de Brasil a la OCDE.
Boric, el favorito del progresismo hemisférico
El joven presidente chileno es el favorito del progresismo hemisférico y por tanto de los cuadros más jóvenes entre las élites de política exterior washingtonianas, con extensos vasos comunicantes al ala izquierda del Partido Demócrata. Al final del día, todos comparten lecturas y referentes culturales.
Boric sí hubiera invitado a Cuba, Venezuela y Nicaragua para «decírselo a la cara», lo de sus presos políticos, se lució en entrevista con Telemundo, desde Los Ángeles. Algo inasumible políticamente para Joe Biden, con un ojo en las elecciones de medio mandato y otro en la Florida.
Iván Duque está amortizado
El presidente Iván Duque está amortizado, pero no podía faltar. La tradicional alianza entre Washington y Bogotá trasciende el ciclo político. Colombia es la única nación sudamericana donde EE. UU. aún pesa más que China en términos comerciales (además de albergar 8 instalaciones militares estadounidenses).
A EE. UU. le es, posiblemente por impotencia ante el poderío comercial chino, más o menos indiferente lo que yace al sur de la cuenca amazónica. La Doctrina Monroe se ha contraído; Colombia y Ecuador son hoy apéndices Gran Caribe, el sector de Latinoamérica donde aún es indiscutible la primacía de EE. UU. frente a China.
Sundar Pichai anunció inversiones por 1.200 millones de dólares
Durante la Cumbre, el CEO de la tecnológica californiana, Sundar Pichai, anunció inversiones por 1.200 millones de dólares en la región en los siguientes 5 años. ¿Relaciones públicas? En parte.
Desde luego, Google acaparó titulares en un momento sensible para Washington tras una deslucida Cumbre. Podrá vendérselos al regulador en Washington a la hora de tratar asuntos asimétricos.
Doscientos cincuenta millones no cambiarán de manos: son en créditos publicitarios. Otros tantos millones irán destinados a ONG que tengan el visto bueno de los comisarios que controlan su plantilla.
También se lanzará el cable submarino más largo del mundo el próximo año —nombrado Firminia en honor a la abolicionista brasileña Maria Firmina dos Reis—. Conectará Norteamérica con Sudamérica por el Atlántico; saldrá de EE. UU. y tendrá paradas en Brasil y Argentina (ambos Major non-NATO Allies). El mundo de los bits existe en un mundo de átomos.