Elecciones presidenciales Colombia
Una campaña inverosímil en Colombia
El momento que revolucionó esta segunda vuelta fue la aparición de los «Petrovídeos»
Colombia enfrenta este domingo 19 de junio la segunda vuelta de unas elecciones presidenciales que, sea quien sea el ganador, dejan el país al borde del abismo y con alto riesgo de violencia.
El ganador de la primera vuelta fue el candidato de ultraizquierda Gustavo Petro, con un cómodo 40,34 por ciento. Era una victoria previsible. Ésta es la tercera vez que Petro compite por la Presidencia y la segunda que pasa a la segunda vuelta. Gustavo Petro fue un guerrillero del M-19, el grupo al que Pablo Escobar pagó para que asaltara el Palacio de Justicia en 1982. Sus políticas son similares a las de Podemos en España y tiene entre sus asesores a independentistas catalanes.
La sorpresa la dio el segundo en las votaciones de la primera vuelta: Rodolfo Hernández, candidato de la Liga de Gobernantes Anticorrupción. Un anciano multimillonario que logró el 28,17 por ciento del voto, un populista de derecha en cuestiones económicas y de izquierda en cuestiones sociales y morales como el derecho a la vida o el matrimonio.
El momento que revolucionó esta segunda vuelta fue la aparición de los «Petrovídeos». Concluida la primera vuelta, el tracking electoral que realizaba la agencia española GAD3 para RCN empezó el 31 de mayo situando a Hernández 7,7 puntos de ventaja en los sondeos. Y, con una tendencia catastrófica, el 6 de junio esa ventaja se había reducido a un punto.
Baile de encuestas
El día 7 Petro se puso por delante de Hernández y empezó a distanciarse hasta que el 9 de junio estalló el gran escándalo de esta campaña electoral. Aparecieron lo que se ha denominado los «Petrovídeos». Imágenes y sonido del grupo de campaña que rodea a Petro discutiendo sobre su estrategia en la primera vuelta con el fin de destruir la imagen de sus rivales políticos. Especialmente a Fico Gutiérrez, ganador de las primarias del centroderecha y Sergio Fajardo, candidato centrista.
En ese momento Rodolfo Hernández todavía no había despuntado. Unos vídeos que necesariamente han grabado miembros de la cúpula de la campaña de Petro y los han filtrado.
El escándalo que se ha desatado en Colombia ha invertido la tendencia de las encuestas y cuando éstas se publicaron por última vez el pasado sábado –último día que la ley colombiana permite la publicación de sondeos– Hernández aventajaba a Petro en 8 décimas. Es imposible saber si esa tendencia se ha consolidado o no.
En medio de este desconcierto, irrumpió un juez que declaró, por su cuenta y riesgo, que ambos candidatos estaban obligados a mantener un debate electoral antes de que termine el día jueves 16 de junio. La iniciativa del juez era bastante extraña. Entre otras cosas porque ninguno de los dos candidatos ha mostrado interés en un cara a cara.
Petro tiene un hablar que le hace parecer beodo a todas horas, lo que dificulta saber si lo está o no. Y Hernández suele encadenar un disparate tras otro, lo que obliga a sus asesores a salir a matizar después: «Rodolfo quería decir que…».
Añadamos a eso que para el jueves por la noche las urnas ya llevaban tres días abiertas para los colombianos que sufragamos en el extranjero. Al fin la Comisión Nacional Electoral ratificó que el debate no era necesario y se superó otro episodio inverosímil: un país donde la campaña electoral la pretendía dirigir un juez.
Otro factor extraño de la campaña fue que Rodolfo Hernández dejó de acudir a actos públicos por las amenazas de muerte que habría contra él. Éste es un factor común en las elecciones colombianas. La lista de candidatos presidenciales muertos en las últimas décadas no es menor. Pero en este caso cabe imaginar también que sus asesores preferían el menor número posible de comparecencias de Hernández. Confían más en emplear las redes contra Petro.
El peligro que pende sobre el resultado de este domingo es el de una victoria por la mínima de Rodolfo Hernández. Y si eso ocurre está por ver que la izquierda respete el resultado. Más bien se anticipa que actúen como ha dicho Adriana Lastra que hará la izquierda en Andalucía: tomando la calle. Y la hija de Gustavo Petro ya ha apuntado en esa dirección.