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Familias en un campo de refugiados en MaliAFP

Mueren 132 civiles en Mali en una masacre yihadista perpetrada por un grupo afín a Al Qaeda

La misión de la ONU en Mali anunció una investigación para identificar a los autores del atentado y llevarlos ante la justicia

Un ataque coordinado con múltiples objetivos dejó el fin de semana un saldo de 132 civiles muertos a manos de terroristas yihadistas en varias localidades del centro de Mali.

Según un comunicado del gobierno recogido por la agencia EFE, el grupo responsable sería la organización terrorista Katiba Macina, o Frente de Liberación de Macina.

Este grupo, que inició sus actividades terroristas en 2015, es uno de los muchos grupos criminales que operan en el país con vínculos con Al Qaeda.

El gobierno aseguró que las fuerzas de seguridad ya han detenido a varios de los terroristas. El presidente de Mali, el coronel Assimi Goita, en el poder tras un golpe de Estado, decretó tres días de luto y se comprometió a hacer justicia: «Los asesinos no quedarán impunes, aseguró».

La misión de la ONU en Mali, Minusma, anunció una investigación sobre la matanza y ofreció su ayuda al gobierno para identificar y llevar ante la justicia a los asesinos.

Los ataques, según fuentes locales consultadas por EFE, tuvieron lugar en tres localidades del centro de Mali en la noche del sábado al domingo, cuando un grupo de hombres armados las asaltaron y mataron a decenas de civiles.

Se trata de los poblados de Dilassaguou, donde se produjo el grueso de los asesinatos, así como Diaweli y Dessaguou. Dichas fuentes aumentan a 188 los muertos en las tres localidades.

Un habitante de Dilassaguou indicó a EFE que «estamos sobrepasados por la barbarie y no sabemos nada de varios de nuestros padres y amigos. Otros huyeron del pueblo dejando todo detrás». Otro residente en el pueblo añadió que desde el domingo no tiene ninguna noticia de su padre.

La mayoría de los asesinados, según las fuentes locales, son jóvenes y entre ellos estaría el jefe de esta localidad.

La comunidad de residentes de Bandiagara-Bankass y otros miembros de la etnia dogón (predominante en la zona) llevan desde entonces presionando al gobierno de transición maliense para que reaccione, pero la junta militar que gobierna el país aún no se ha pronunciado sobre los hechos.

En los primeros tres meses de este año, al menos 543 civiles murieron en actos de violencia perpetrados en diferentes regiones de Mali, tres veces más que en el trimestre anterior, según la Misión de la ONU en el país africano.

La mayoría de los actos de violencia contra civiles tuvieron lugar en las regiones centrales del país, como Bandiagara, donde ha ocurrido este último ataque, así como Mopti, Ségou y Koro.

El Estado maliense, que se encuentra en un proceso transitorio tras dos golpes militares en menos de un año, no controla extensas zonas del país, concretamente del norte y del centro, donde la administración central está prácticamente ausente mientras aumentan los atentados perpetrados por diferentes grupos yihadistas.