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SU 25 Rusia

SU-25 de la fuerza aérea rusa como el derribado en UcraniaWikipedia

121 días de guerra en Ucrania

Rusia proporciona al grupo Wagner aviones desfasados con sistemas comerciales de navegación

Rusia ha perdido más de 30 pilotos militares caídos en combate desde el inicio de la guerra

El derribo de un avión de combate ruso del grupo Wagner SU-25 «Frogfoot» y la detención de su piloto ha revelado la sorprendente precariedad del grupo de mercenarios de élite al servicio del Kremlin.

Según señaló la inteligencia británica por medio de un informe del ministerio de Defensa del Reino Unido, durante el interrogatorio al que lo sometieron las tropas rusas, el piloto del avión reveló que era un ex comandante de la fuerza aérea rusa que había aceptado un empleo como contratista militar del grupo Wagner.

Dos son las principales conclusiones que se desprenden del interrogatorio: la primera, que las fuerzas aéreas rusas no cuentan con el suficiente número de pilotos para sus misiones aéreas y tienen que recurrir a pilotos retirados y a los mercenarios Wagner.

La segunda conclusión, es que el grupo Wagner tiene que conformarse con el material obsoleto del ejército ruso, pues el Kremlin no le proporciona los equipos más actuales.

El piloto, derribado el pasado 17 de junio, y hecho prisionero por las tropas ucranianas poco después, reconoció que había participado en varias misiones durante la guerra de Ucrania antes de que su avión resultara alcanzado por el fuego enemigo.

«El uso de personal retirado, que ahora trabaja como contratista de Wagner, para realizar misiones de apoyo aéreo de proximidad, indica que la fuerza aérea rusa probablemente está luchando para lograr suficiente tripulación aérea para apoyar la invasión de Ucrania», señala el informe militar británico difundido en Twitter.

El informe de inteligencia británico apunta a una combinación de factores. En concreto, apunta a «la cantidad insuficiente de personal debidamente capacitado en Rusia y a las pérdidas en combate».

El piloto también explicó a los soldados ucranianos que «mientras realizaba sus misiones, el empleaba dispositivos GPS comerciales en lugar de equipos de navegación militar rusos».

«Esto indica, probablemente, que los aviones del grupo Wagner son modelos antiguos del SU-25 y que la fuerza aérea rusa no le proporciona al grupo Wagner equipos aéreos actualizados», concluye el informe de inteligencia.

El pasado 29 de mayo, el Estado Mayor ucraniano había anunciado el derribo de otro SU-25 del grupo Wagner pilotado por un ex general de la fuerza aérea rusa.

El general Kanamat Botashev, de 63 años, murió en el derribo, pero su caso ya puso de relieve la precariedad de las fuerzas aéreas rusas, pese a lo cual, mantienen la superioridad en los cielos ucranianos ante la práctica inexistencia de una fuerza aérea ucraniana.

El avión del general Botashev, sin embargo, resulto derribado en la zona de Popasna después de sufrir el impacto de un misil Stinger, lo cual muestra la eficacia de estos sistemas lanzacohetes portátiles proporcionados por los países occidentales al ejército ucraniano.

Según la BBC, desde el comienzo de la guerra han muerto al menos 31 pilotos militares rusos. El último recuento se hizo a finales de mayo, por lo que la cifra podría ser mayor.

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