Fundado en 1910

Las familias del Moskva no se callan y se enfrentan al Kremlin para saber la verdad

El Ejército ruso ha vuelto a movilizar a los supervivientes del hundimiento del crucero lanzamisiles, que se niegan a volver a combatir

Las familias de los soldados rusos muertos en combate en Ucrania son el flanco débil del Kremlin. No puede represaliarlas como si fueran simples opositores, pues ello supondría un escándalo que echaría por tierra el discurso de la heroica «operación militar especial».

Pero tampoco puede dejar que las familias protesten públicamente, pues reflejaría un descontento hacia los planes de Moscú que los medios de propaganda del Kremlin tratan de acallar.

El gobierno ruso está chantajeando a las familias de los soldados muertos para obligarlas a mantener silencio con la amenaza de dejarlas sin las compensaciones económicas por la desaparición de sus seres queridos.

Sin embargo, los familiares del crucero Moskva, hundido por dos misiles ucranianos en el mar Negro en abril, se muestran combativos y exigen la verdad.

Muchas familias no tienen noticias de sus hijos, hermanos o maridos. No saben si están entre los cientos de marineros muertos y desaparecidos o si han sobrevivido.

El temor de las familias es que a los marineros que hayan sobrevivido los obliguen a volver a la guerra.

El diario opositor ruso Novaya Gazeta publicó una carta de los padres de 49 tripulantes supervivientes del hundimiento del Moskva donde exigen a la Fiscalía Militar de Sebastopol, al Comité de Madres de Soldados y al Comisionado de Derechos Humanos, que impida el redespliegue de los tripulantes, la mayoría de ellos, reclutas.

En la carta, recogida por el Institute for the Study of War, denuncian que los comandantes rusos no enviaron a casa a los reclutas supervivientes del hundimiento del Moskva, y que serán desplegados de nuevo para participar en las hostilidades el 30 de junio.

Los padres de los reclutas afirman que sus hijos se niegan a volver a combatir por la angustia psicológica causada por el hundimiento.

En este momento, están alojados en el buque Ladnyi, un buque de guerra obsoleto que no es apto para la guerra.

Desde que se produjo el hundimiento del crucero lanzamisiles, el Kremlin no ha dejado de atosigar y amenazar a las familias de los miembros de la tripulación.

Según fuentes de los servicios de inteligencia ucranianos, Moscú llegó a amenazar directamente a las familias que hicieran públicas sus quejas con llevarlas a un juicio penal, donde se deberían enfrentar penas de cárcel por calumniar a las fuerzas armadas rusas.

El Kremlin incluso movilizó a un equipo de psicólogos, médicos y abogados para asegurarse de que las familias mantuvieran silencio y evitar que contradigan la versión oficial.

Según sigue manteniendo el Ejército ruso, el buque se hundió por un incendio espontáneo en la bodega y sólo murieron 27 miembros de la tripulación.