China celebra el 25 aniversario del traspaso de Hong Kong en una ciudad amordazada
Xi Jinping defiende el modelo «un país, dos sistemas» que ha moldeado a su antojo hasta convertirlo en un yugo para la población de Hong Kong
El modelo «un país, dos sistemas», que permitió a China recuperar la soberanía sobre la colonia británica de Hong Kong, cumple 25 años.
El modelo, que supuestamente permitiría a Hong Kong mantener un sistema democrático frente al totalitarismo de Pekín, ha sido el caballo de Troya empleado por el presidente Xi Jinping para imponer un régimen de terror y doblegar a los díscolos y liberales hongkoneses por medio de la Ley de Seguridad Nacional de 2020.
El discurso que el régimen comunista pretende imponer como verdad única en este aniversario es muy diferente: «La verdadera democracia comenzó en Hong Kong cuando regresó a China».
Con estos antecedentes, los habitantes de Hong Kong temen al cada vez más cercano 2047.
En es año la Ley de Hong Kong, acordada entre Reino Unido y la República Popular China para entregar la excolonia a Pekín, caducará. Lo que suceda a partir de entonces es una incógnita.
Xi Jinping trata de alejar los temores de una anexión plena sin autonomía sobre Hong Kong: El modelo «debe conservarse a largo plazo, no hay razón para cambiar un sistema tan bueno», declaró.
Sin embargo, el modelo ha quedado totalmente desnaturalizado tras las maniobras de Pekín para imponer un jefe ejecutivo en Hong Kong sometido a la voluntad del Partido Comunista Chino, eliminar la prensa disidente, amordazar y encarcelar a la oposición y eliminar todo atisbo de libertad y democracia.
A comienzos de 2022, Hong Kong celebró sus primeras elecciones con su nueva Ley electoral que sólo permite votar a candidatos «patriotas».
¿Quiénes son esos candidatos «patriotas»? Aquellos plegados a la voluntad del Partido Comunista chino.
Con el modelo «un país, dos sistemas», Pekín puede atar más en corto, y sin mancharse demasiado las manos, a los hongkoneses, que si incorporara el territorio a la China continental.
Durante las celebraciones de este viernes, Xi Jinping formalizó el nombramiento de John Lee Ka-chiu como jefe del ejecutivo.
Los actos se celebraron en una ciudad sitiada, vacía y con la población confinada en sus casas. La nueva ola de coronavirus ha sido la excusa para impedir que la población expresara su descontento a China.
Desde el inicio de la pandemia, Pekín ha esgrimido la COVID-19 para recortar libertades y restringir derechos en Hong Kong.
Uno de los nuevos miembros del gobierno presidido por John Lee, Regina Ip, defendió la deriva autoritaria impuesta por Pekín a Hong Kong y afirmó que el gobierno hongkonés «fue demasiado blando con los políticos prodemocracia».
En declaraciones a The Guardian, Regina Ip defendió las condenas a prisión de docenas de parlamentarios de la oposición y los responsabilizó de su situación. «Son ellos los que tienen la culpa por ir demasiado lejos». «Estábamos enfrascados en peleas todos los días, a veces a puñetazos», argumentó.