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Una iraquí vota en un colegio electoral en BagdadAhmad Al-Rubaye / AFP

La mayoría de los países árabes cree que la democracia les hace más pobres

La democracia no sólo es un espejismo en la mayoría de estos países, sino que sus habitantes ni siquiera la consideran prioritaria

La primavera árabe prometía un florecimiento de la democracia en la región, pero la realidad, al cabo de los años, ha sido otra muy distinta.

La democracia no sólo es un espejismo en la mayoría de estos países, sino que sus habitantes ni siquiera la consideran prioritaria. O, lo que es peor, están convencidos de que les hace más pobres.

La BBC realizó unos sondeos exhaustivos, entre 23.000 personas de nueves países árabes más los territorios palestinos, con un resultado que pone de manifiesto el escaso valor que dan a la democracia, un sistema por el que no sienten ningún apego e identifican con crisis.

Dicho esto, para la mayoría de los encuestados, de forma abrumadora, lo más importante es tener una economía boyante.

La identificación de democracia con economía frágil se impone en todos los países. Vivir bajo una dictadura no es una situación que preocupe a la mayoría de los encuestados independientemente de la nacionalidad y en Túnez, el único de los encuestados que vive en democracia (aunque sea híbrida), sorprende el desencanto por las urnas.

La decepción llega a un extremo que el borrador de una nueva Constitución descarta la democracia como sistema de gobierno. De aprobarse este proyecto, Túnez se uniría a los países árabes que, finalmente, prefieren el autoritarismo a la democracia.

El barómetro árabe no incluye a Irán, Israel y Turquía. Tampoco a Siria por la dificultad de acceso al territorio dominado por la dictadura de Bashar Al-Asad.

El sondeo se realizó entre finales del pasado año y esta primavera. El resultado contrasta con el mismo estudio de 2018 y 2019, cuando soplaban vientos frescos de democracia en el mundo árabe.

Michael Robbins, director del Barómetro Árabe, la red de investigación con sede e la Universidad de Princeton que trabaja con organizaciones y universidades en trabajos demoscópicos en Oriente Medio y África del Norte, le explicó a la BBC. «Lo que vemos en la región es que la gente pasa hambre, no tienen pan y la frustración es creciente», observa.

Eso explica que «haya un aumento del pensamiento de que la democracia no es una forma perfecta de gobierno y que no arreglará todo».

La democracia debilita la economía

El test de población o de fe en la democracia arroja resultados por países que quizás sorprendan a la mentalidad occidental. En Irak, hace tres años largos, la mitad de los encuestados defendía que la economía en democracia era frágil, pero ahora el porcentaje de esa opinión aumenta hasta el 75 %. Prácticamente sucede lo mismo en Túnez que pasó de un 35 por ciento a rozar el 75 % de la misma opinión.

En los territorios palestinos los porcentajes son más bajos, pero la progresión o línea ascendente de desconfianza se mantiene. En 2019 en torno al 30 por ciento sentía que su bolsillo tenía un enorme agujero por donde se escapaban sus finanzas. Tres años más tarde la cifra parece alcanzar al 60 %.

Similares proporciones se encuentran en Libia (del 30 al 60%), Jordania (25-52%), Líbano (30-51%), Sudán (30-50%) o Marruecos donde apenas había 1 por ciento, según los gráficos de la BBC, y hoy se aproximan peligrosamente al 45 %.

En resumen, en estos países más de la mitad de la población encuestada está convencida de que la democracia debilita la economía. Es decir, les hace más pobres.

Lo mismo sucede cuando se les pregunta si es más importante para ellos el sistema de gobierno que las políticas eficaces del gobierno.

Dictadura, democracia y gestión

Dicho de otro modo, si les importa vivir en una dictadura si ésta administra bien. En este caso, los porcentajes que apuestan antes por la eficacia del gobierno que por el sistema del mismo, son sensiblemente más elevados. Irak, 79 % Túnez y Libia, 77 %, Jordania 76 %, Mauritania, 73 %, Líbano 69 %, Egipto 66% y territorios palestinos y Marruecos 62% Sudán es el de menos porcentaje: 61 %.

Según el Índice de Democracia de EIU, Medio Oriente y África del norte son las zonas con la clasificación democrática más baja de todas. Israel se considera una «democracia defectuosa», Túnez y Marruecos «regímenes híbridos» y el resto, directamente, como autoritarios.

En siete países y los territorios palestinos, más de la mitad de los que respondieron a la encuesta del Barómetro Árabe prefieren un líder que pueda «romper las reglas» si es necesario para hacer las cosas bien. Es decir, dictadorzuelos antes que líderes apegados a la ley.

Solo en Marruecos menos de la mitad está de acuerdo con esa afirmación.Algo parecido sucede en territorios palestinos, Jordania y Sudán.

La escala sigue este orden: Irak, 87%; Túnez, 81 %, Líbano, 73%, Libia, 71%, Mauritania, 65%, Sudan, 61%; Jordania, 53%, Territorios palestinos, 51% y Marruecos, 48 %.

Las entrevistas, cualitativas y presenciales, tuvieron una duración de 45 minutos.