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Boris Johnson (centro), flanqueado por el secretario de Justicia y viceprimer ministro de Gran Bretaña, Dominic Raab (izquierda), y el nuevo ministro de Hacienda de Gran Bretaña, Nadhim Zahawi

Boris Johnson (centro), flanqueado por el secretario de Justicia y viceprimer ministro de Gran Bretaña, Dominic Raab (izquierda), y el nuevo ministro de Hacienda de Gran Bretaña, Nadhim ZahawiAFP

Reino Unido

Boris Johnson se aferra a Downing Street a pesar de las dimisiones: «Habrá que sacarlo a rastras»

En tan solo 24 horas, más de 40 ministros han presentado su renuncia, una larga lista que va sumando adeptos a medida que pasan las horas

Boris Johnson resiste. Sin autoridad, humillado, y tras haber perdido a la mitad de su gabinete, pero resiste. Al igual que sobrevivió, en junio, al voto de no confianza, logró sobreponerse a la espantada total de sus apoyos, y se enfrentó con determinación a los ministros que pedían a gritos su dimisión.

Fue un día turbulento para el primer ministro británico, que empezó con las dimisiones de dos pesos pesados: Rishi Sunak, ministro de Hacienda, y Sajid Javid, ministro de Sanidad. En menos de 24 horas, muchos más miembros del Gobierno de Johnson siguieron su ejemplo: más de 30 secretarios de Estado, portavoces, y parlamentarios desertaron.

Johnson tuvo que defenderse ante la Cámara de los Comunes durante las preguntas semanales, y después se presentó frente al Comité de Enlace para reivindicar, una vez más, su posición como premier.

Mientras tanto, sus ministros se amotinaban: un grupo de altos cargos, entre los que figuraban los ministros de Gales e Irlanda del Norte, el nuevo ministro de Hacienda, el ministro de Transporte, acudió hasta el número 10 de Downing Street para pedir personalmente al primer ministro la dimisión.

El premier, tozudo, insistió en reunirse con sus ministros uno por uno. Antes de caer la noche, la gran mayoría, entre los que se cuentan la ministra del Interior Priti Patel, y el ministro de Cohesión Territorial, Vivienda y Comunidades, Michael Gove, le habían suplicado que se fuese, «por el bien del Partido Conservador».

Johnson estaba ante una encrucijada: el lunes, se elegirá un nuevo Comité de 1922, entidad parlamentaria encargada de coordinar los asuntos de liderazgo. El nuevo comité podrá cambiar las reglas, y convocar una nueva moción de censura, que Johnson no superará. Por lo tanto, la dimisión anoche habría sido la opción más digna.

Más dimisiones

Tras varias horas de reuniones ‘one on one’ con sus ministros más cercanos, Johnson decidió aferrarse al cargo: argumentó que el pueblo británico había votado por él, y que su prioridad era «hacer su trabajo». Para rematar, despidió a Michael Gove, que sumaba ya demasiadas traiciones.

«Está mancillando nuestra democracia. Si no hace lo correcto, y se va por su propio pie, habrá que sacarlo a rastras», compartió Ian Blackford, líder del partido nacionalista escocés, con la BBC.

A las diez y media, Danny Kruger, asesor en el departamento de Cohesión Territorial, anunció su cese.

Tras Kruger, el ministro británico para Gales, Simon Hart, anunciaba su dimisión a través de redes sociales, poco antes de la medianoche del miércoles. «Había deseado desesperadamente que podía haber evitado escribir esta carta, pero no parece que quede otra opción que renunciar como ministro para Gales», se puede leer en el escrito.

Hart ha agradecido, al todavía primer ministro, la «oportunidad» de haber podido formar parte del Ejecutivo, además de resaltar la «energía, visión, determinación y humor» del premier. El texto concluye con una reflexión en la que el ministro confiesa que nunca ha sido «muy partidario de que la dimisión de los ministros sea el mejor medio para forzar el cambio». Sin embargo, le recrimina a Johnson que desde el partido «hemos intentado, en privado y en público, ayudarte a cambiar el rumbo de la nave, pero me entristece pensar que hemos superado el punto en el que esto ya no es posible».

Veinte minutos después, Edward Argar, secretario de Estado de Sanidad, hacía lo propio. «Me dirijo a ustedes con auténtica tristeza y pesar para presentar mi dimisión del Gobierno de Su Majestad. Ha sido un privilegio y un honor haber servido en el Gobierno que usted dirige», ha escrito el diputado en la misiva dirigida a Johnson. A medida que pasan las horas, nuevos miembros del gabinete se suman a una larga lista de dimisiones que, en tan solo 24 horas, ya contaba con más de 40 nombres.

Tras Argar, otro duro golpe: Brandon Lewis, hasta ahora ministro británico para Irlanda del Norte, dimitió. En su carta de dimisión, explicó que el Gobierno necesita «honestidad, integridad, y respeto mutuo».

A pesar del inevitable colapso de su Gobierno, Johnson continúa aferrándose a su cargo de primer ministro. La mayor parte de la opinión pública británica no apostaba porque el premier siguiera a estas horas en el nº10 de Downing Street, pero ¿hasta cuándo? Johnson ha amenazado, incluso, con convocar elecciones anticipadas antes que dimitir. El Partido Conservador no puede recurrir al Comité de 1922, ya que malgastó esa baza el pasado mes de junio, al darle su voto de confianza al actual premier.

Pocas opciones les quedan a los conservadores, aunque este Comité ha anunciado que ha abierto las candidaturas para un sondeo, el próximo lunes, que podría allanar el camino para un cambio de reglas que permita una segunda moción de censura contra Johnson. Hasta entonces, solo les queda forzar la dimisión del primer ministro, dejándole prácticamente solo al frente del Gobierno.

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