146 días de guerra en Ucrania
La última bomba de los rusos: el teatro de Mariúpol lo volaron los ucranianos
Según la agencia RIA Novosti, esa es la conclusión de una investigación, sobre el terreno ocupado, del fiscal de la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD), Aleksey Kutsurubenko
El simbolismo y el impacto fue descomunal. Las imágenes del Teatro de Mariúpol destruido bajo las bombas fueron, quizás, las primeras que el mundo veía con toda su crudeza contra un objetivo civil.
La reputación de Rusia, de por sí hecha trizas, se hundió hasta lo más profundo del desprecio. Aquel teatro era un centro de distribución de medicinas, agua y alimentos; un punto de encuentro para aquellos que esperaban su turno para escapar de ese estado de destrucción y un lugar de refugio para la infancia.
Para colmo, a pocos metros de la entrada, sobre el suelo, estaba escrito en pintura blanca con letras gigantes la palabra, niños en ucraniano.
La Corte Penal Internacional investigó el caso. Lo mismo hicieron otras organizaciones humanitarias que no dudaron en calificar de crimen de guerra la atrocidad.
El informe que presentó Amnistía Internacional aseguraba que las bombas que hicieron trizas el teatro tenían un peso explosivo neto de entre 440 y 660 kilos. Los aviones que soltaron las cargas los identifica como: Su-25, Su-30 o Su-34.
Imágenes satelitales y sobrevivientes
Imágenes satelitales fueron determinantes para llegar a esta conclusión así como los testimonios de supervivientes. Sin embargo, ahora, las autoridades puestas tras la ocupación rusa niegan la mayor y aseguran que los autores de la matanza fueron los propios ucranianos.
Aleksey Kutsurubenko Jefe del departamento de investigación de la oficina del fiscal general de autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD), asegura que realizaron una investigación a fondo donde «hallamos restos de 14 cuerpos en las instalaciones del teatro destruido. No se encontraron otros diferentes», en mensaje implícito de que los muertos, no fueron tantos.
«Fue volado desde el interior»
La agencia de noticias rusa RIA Novosti asegura que la investigación no deja espacio para la duda. «El edificio fue volado desde el interior por un dispositivo explosivo al descubierto», esto es sin vaina o escudo.
Según Kutsurubenko, «durante el análisis de los escombros no encontró un solo elemento dañino, ni una sola parte o elemento de una bomba de aire, ni ninguna otra munición» que sirviera para atribuir a Rusia el ataque.
El bombardeo se produjo el 16 de marzo. El teatro estaba emplazado en el céntrico distrito de Tsentralnyi de donda salían los convoys par aprovechar los corredores humanitarios. La mayor parte de estos, violados por las fuerzas rusas.
El Kremlin recurre con frecuencia al bombardeo de edificios y objetivos civiles en Ucrania, pero a pesar de las pruebas, jamás ha reconocido que lo haga.