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Así son Liz Truss y Rishi Sunak, las dos caras de la misma moneda 'tory'

Los dos posibles sucesores de Boris Johnson en el Gobierno de Reino Unido distan en sus ideas, tanto política como personalmente

Ambos trabajaron codo con codo en el gabinete de Boris Johnson, y como buenos miembros del Partido Conservador, demostraban profunda lealtad hacia su primer ministro. Pero ahora, los dos buscan sucederle: Liz Truss, actual ministra de Exteriores, cuenta con el apoyo de aquellos que siguen siendo fieles a Johnson. Rishi Sunak, antiguo ministro de Hacienda, desencadenó con su dimisión el desmoronamiento del Gobierno de este.

La acelerada semana de votaciones internas ha dado sus frutos. Los parlamentarios Conservadores acudieron a las urnas en cinco ocasiones seguidas, para eliminar a través del voto a cada uno de los ocho candidatos que aspiraban a la presidencia de Reino Unido.

El resultado final se adelantó por un día a la fecha prevista por el partido: Penny Mordaunt, secretaria de Comercio, fue descartada para dejar el podio a los dos finalistas, Liz Truss y Rishi Sunak.

Los que antaño dedicaban tiempo y esfuerzo a la gestión de un mismo Gobierno, ahora se desprecian. El debate del fin de semana pasado hizo de escenario para una serie de enfrentamientos y choques entre Sunak y Truss, que llegaron a rozar el vilipendio: él la acusó de ser una «socialista», y ella le reprochó «haber empujado a Reino Unido a una recesión». Quedó evidente la división en sus ideas, y las fuertes diferencias tanto políticas como personales de los dos posibles futuros primeros ministros británicos.

Liz Truss, la nueva 'Dama de Hierro'

Liz Truss, que desde septiembre de 2021, ocupa el cargo de ministra de Exteriores, nació en el condado de Oxford, en 1975. La ideología política de sus padres, según ella misma describe, estaba «a la izquierda de la izquierda». Al enterarse de que Liz, un orgullo de hija con diploma de la Universidad de Oxford y grandes ambiciones, se había unido al Partido Conservador, su padre se sintió «traicionado».

En 2010, Truss fue elegida representante parlamentaria del distrito electoral de South West Norfolk. Desde allí, ascendió entre las filas de los Conservadores hasta sustituir a Dominic Raab como ministra de Exteriores, en el que resultaría ser un momento clave para Gran Bretaña: además de la tensión internacional por la guerra en Ucrania, a Truss, que en su momento se opuso fervientemente al Brexit, le cayó la tarea de gestionar el Protocolo de Irlanda del Norte y remendar las relaciones con la Unión Europa.

Truss, que en muchas ocasiones intentó emular a Margaret Thatcher y hacer de ello campaña, promete «gobernar como Conservadora» si logra hacerse con el puesto de primera ministra. Su prioridad sería ayudar a los británicos a enfrentarse a un coste de vida creciente.

Para ello, piensa reducir los impuestos de la Seguridad Social británica (National Insurance), que, de momento, financian los cuidados y la sanidad pública.

Asimismo, tiene pensado continuar con el plan ‘Levelling Up’ esbozado por el Gobierno de Boris Johnson, proyecto público que busca solucionar los desequilibrios económicos entre las diferentes regiones británicas. Sin embargo, promete no valerse de una subida de impuestos para mejorar el proyecto, como hizo el gabinete actual.

En cuestiones ideológicas, apoyaría la autodenominación de género de las personas trans. Durante el debate televisado por la cadena ITV de cara a la semifinal de las elecciones, atacó a Penny Mordaunt por oponerse a que estas personas pudieran decidir sobre su propio género.

Uno de los puntos más oscuros de su campaña, sin embargo, es su apoyo al programa de deportaciones a Ruanda, que las organizaciones de derechos humanos tachan de «inhumano». Para Truss, este programa, criticado hasta por el Príncipe Carlos, y obstaculizado por la Corte de Derechos Humanos de la Unión Europea, tiene tanto éxito que lo quiere extender a otros países, como por ejemplo, Turquía.

Rishi Sunak, el 'traidor' de Johnson

Hijo de inmigrantes de procedencia india, Rishi Sunak nació en la región de Southampton en mayo de 1980. Asistió al prestigioso colegio privado Winchester, pasó los veranos de su adolescencia trabajando como camarero en un restaurante de curry, y los otoños estudiando, como Truss, en la Universidad de Oxford.

Cuando ocupó el cargo de ministro de Economía de Reino Unido, en 2020, hubo varias críticas sobre su vida personal: está casado con Akshata Murthy, hija del multimillonario into Naryana Murthy. A menudo, el pueblo británico se pregunta si un hombre tan acaudalado puede realmente entender como gestiona sus finanzas el inglés medio.

Su matrimonio fue también causante de un escándalo de presunta evasión fiscal, cuando se descubrió que, a pesar de residir en Londres, la mujer del ministro estaba registrada como ‘no domiciliada’ en Reino Unido, para evitar pagar ciertos impuestos sobre sus ingresos en el extranjero.

Críticas personales que, sin embargo, no han impedido que Sunak obtenga el apoyo de la mayoría de los parlamentarios Conservadores. En las elecciones internas, se mantuvo siempre a la cabeza, a pesar de ser considerado por muchos el tory más liberal.

Él no lo ve así. El ex ministro de Hacienda promete «volver a los valores [económicos] tradicionales de los Conservadores», compromiso que busca una mayor prudencia fiscal en el Gobierno, y un deseo de recuperar una economía más austera. En cuanto a la reducción de impuestos, Sunak ya declaró que no se bajaría ninguno hasta que se resuelva la inflación.

También apoya el programa de deportaciones a Ruanda, aunque menos fervientemente que Liz Truss. Fuentes del número 10 de Downing Street indicaron al periódico The Guardian que Sunak «se opuso al programa al principio», y en su lugar, preferiría dedicar todos sus esfuerzos a atajar con el tráfico fronterizo de inmigrantes.

De ser primer ministro, ya ha prometido que establecería un nuevo requisito para todas las unidades policiales del país: contar con un equipo especializado en la prevención de explotación sexual infantil. Además, de ser primer ministro, se compromete gobernar sobre un Reino Unido «verde» y ecológica, con independencia energética antes del año 2045.