Empiezan las elecciones para sustituir a Boris Johnson: cuándo, cómo, y sobre todo, quién

Julio ha empezado de forma acelerada para el Partido Conservador: las dimisiones, repentinas, de los ministros de Sanidad y Hacienda desencadenaron un desmoronamiento en cascada del gabinete de Boris Johnson, que culminó con su propia renuncia.

Ahora que el partido está huérfano, empieza la carrera por elegir a su nuevo líder, que gobernará Reino Unido hasta al menos 2025. Los conservadores tendrán que votar en una serie de elecciones, para elegir a uno de los ocho candidatos que se presentaron.

Elecciones a contrarreloj

El Comité de 1922, liderado por el Conservador Sir Graham Brady, es la entidad que se encarga de coordinar los asuntos de liderazgo, y sobre ellos ha recaído la organización de las elecciones internas que determinarán al sustituto de Boris Johnson.

Se les presentó un marco temporal apretado: por una parte, el actual premier está medio atrincherado en Downing Street, empeñado en permanecer en el cargo hasta tener un sucesor claro. Por otra, el Parlamento británico se desbandará en agosto para sus vacaciones de verano, y no volverá a reunirse hasta septiembre.

De ahí a que el Partido Conservador haya establecido unas fechas límites para empezar, y también finalizar, las elecciones internas: cerraron las listas electorales ayer martes 12 de julio, gracias a una nueva norma que impedía que se presentasen demasiados candidatos. Hoy miércoles 13 empezarán las votaciones, y antes del 21 de este mes, se habrán decidido los dos candidatos finales.

Para cuando el Parlamento vuelva a reunirse, ya habrá un nuevo primer ministro, y Boris Johnson estará fuera de Downing Street. La fecha establecida, en este caso, es el 5 de septiembre.

El proceso de voto

La votación se desarrollará a través de una serie de rondas electorales, en las que votarán los 358 miembros del Partido Conservador. En cada una de ellas, cualquier candidato que no logre cosechar un mínimo de 30 votos será eliminado. Si los ocho lo consiguen, se eliminará a aquel que tenga la menor cantidad de votos.

Y así, hasta que solo queden dos, el 21 de julio.

Los candidatos gozarán de 12 minutos cada uno, antes de empezar a votar, para expresar sus intenciones e intentar convencer a los miembros del partido de entregarles su voto. Sin embargo, muchos Conservadores ya han manifestado públicamente por quién votarán, como es el caso del ministro del Brexit, Jacob Rees-Mogg (apoya a Liz Truss), o el ministro de Transporte, Grant Shapps (que vota por Rishi Sunak).

Ocho candidatos

Liz Truss es la actual ministra de Exteriores de Reino Unido. Sobre ella recayeron las patatas calientes de la guerra en Ucrania y del Protocolo de Irlanda del Norte, secuela de un Brexit que ella, inicialmente, no apoyó.

Al anunciar su candidatura, efectuó varias promesas jugosas para el pueblo británico, como es la reducción inmediata de los impuestos. Podría ser la heredera directa de Boris Johnson: Jacob Ress-Mogg y Nadine Dorries, dos de los ministros que más fieles eran al premier, han expresado que votarán por Truss.

Rishi Sunak fue ministro de Hacienda, hasta que dimitió alborotadamente. No es de extrañar, entonces, que su campaña esté focalizada en la economía del país: no promete ninguna reducción de los impuestos hasta que mejoren las finanzas del Estado, pero sí se prende la medalla del candidato que más experiencia tiene en el ámbito económico.

Puede contar con el apoyo manifiesto de varios pesos pesados del partido, como Dominic Raab, viceprimer ministro, y Grant Shapps, ministro de Transporte. Hubo un momento, cuando empezaron a publicarse los escándalos de Johnson, en el que habría sido su heredero perfecto. Sin embargo, su reputación menguó cuando su mujer se vio envuelta en un escándalo fiscal, y también cuando recibió una multa por desobedecer las restricciones del confinamiento.

Penny Mordaunt es la actual ministra de Estado de Comercio. Igual que Liz Truss, promete una suculenta reducción de los impuestos, como sería reducir el IVA de la gasolina. También quiere aumentar los salarios mínimos de acuerdo con la inflación.

Mordaunt estuvo vinculada con las fuerzas armadas británicas, y fue reservista naval mientras gobernaba David Cameron. Su experiencia le ayudó a conseguir el puesto de ministra de Defensa en 2019, e hizo historia al convertirse en la primer mujer en el cargo.

Tom Tugendhat no es, de momento, más que un miembro del Parlamento, como representante del distrito electoral de Tonbridge, en Kent. Sin embargo, goza de amplia experiencia militar, como antiguo oficial de la armada, que luchó en Irak y Afganistán, y es muy querido dentro del Partido Conservador. Moderado y más pragmático que populista, también reducirá los impuestos y el gasto del Gobierno.

Jeremy Hunt busca una nueva oportunidad, tras ser derrotado por Boris Johnson en las elecciones internas de 2019,cuando dimitió Theresa May.

Durante su tiempo en el Gobierno, estuvo en el ministerio de cultura, y fue ministro de Exteriores y de Sanidad. En su campaña, promete reducir los impuestos a las empresas y corporaciones.

Nadhim Zahawi presentó su candidatura en un momento polémico. Tras la dimisión de Rishi Sunak, Boris Johnson lo promocionó a ministro de Hacienda justo antes de renunciar. Zahawi llevaba apenas dos días en el cargo cuando Johnson abandonó el suyo, y le faltó tiempo para presentarse como candidato a sustituir al hombre que acababa de hacerle un gran favor profesional.

También aboga por la reducción de impuestos, y un aumento en los gastos de Defensa.

Kemi Badenoch era la subsecretaria parlamentaria de Estado para la Igualdad hasta que dimitió, durante el desmoronamiento del gabinete de Boris Johnson. Ha prometido reducir impuestos, y critica los objetivos medioambientales impuestos en la cumbre de la COP26.

Suella Braverman, Procuradora General para Inglaterra y Gales, es la última candidata en la lista. Hace unos días, pedía alto y claro la dimisión de Boris Johnson, y hoy hace campaña bajo promesa de sacar a Reino Unido de la autoridad de la Corte Europea de Derechos Humanos. También quiere reducir impuestos, y critica los objetivos de emisiones cero.