Guerra en Ucrania
Así eran los fracasados planes de Rusia para ocupar toda Ucrania en unas pocas semanas
El Gobierno ucraniano rechazó alertar a la población de la inminencia de la invasión por temor al pánico y a sus consecuencias económicas
Un plan ambicioso, sorprendentemente audaz. Un plan que llevaría a Rusia a recuperar su esplendor imperial y a su presidente, Valdimir Putin, a coronarse como su nuevo «zar».
Pero algo falló y todo se desmoronó: Rusia no logró conquistar Kiev en tres días y, con 43.000 soldados rusos muertos a las espaldas, sigue empantanada en Ucrania 176 días después de iniciar la guerra.
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Según informó en un extenso reportaje The Washington Post, la Casa Blanca estaba en conocimiento de estos planes desde octubre de 2021, cuando Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional, y altos funcionarios de inteligencia presentaron un informe a Joe Biden con todos los datos recopilados que apuntaban a una invasión.
Los planes operativos rusos suponían una ofensiva mucho más ambiciosa y radical que la que permitió al Kremlin anexionar Crimea en 2014.
En el material recopilado había fotografías con las posiciones de las tropas rusas y una previsión del territorio ucraniano que Putin pretendía conquistar.
El plan suponía una amenaza directa al flanco oriental de la OTAN y, de tener éxito, supondría el fin del edificio de seguridad construido tras la Segunda Guerra Mundial.
La conclusión que Sullivan trasladó a Biden es que Ucrania no tenía capacidad para resistir a una gran ofensiva rusa, era necesario apoyarla con un envío masivo de armas modernas para evitar que Rusia conquistara todo el país.
El plan ruso de invasión
En dicho informe de inteligencia se detallaba que las tropas rusas entrarían en Ucrania con una ofensiva desde el norte que buscaba asediar Kiev con asaltos por dos flancos simultáneos: un flanco desde Chernihiv, y el segundo desde el oeste.
El plan preveía un avance desde Bielorrusia con la zona de exclusión de la siniestrada central nuclear de Chernóbil como punto estratégico.
Los estrategas del Kremlin habían decidido iniciar la invasión en invierno para asegurarse de que el terreno estaría duro y sería transitable, y evitar así que los vehículos militares se quedaran atascados en el barro o naufragaran en las zonas pantanosas del norte de Kiev.
Moscú esperaba conquistar Kiev en tres o cuatro días, señala The Washington Post citando el informe de inteligencia.
Después, las fuerzas especiales rusas, los Spetsnaz, peinarían la capital a la búsqueda y captura, vivo o muerto, del presidente ucraniano Volodimir Zelenski.
Una vez neutralizado Zelenski, Rusia impondría un Gobierno títere alineado con el Kremlin y plegado a la voluntad de Vladimir Putin.
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De forma paralela, las tropas rusas avanzarían también desde el este al oeste en dirección al río Dniéper por la zona centro de Ucrania.
El tercer frente avanzaría desde Crimea hacia la costa sureste. Estos avances podrían tardar varias semanas en alcanzar sus objetivos, según las predicciones de los jerarcas militares rusos.
Una vez concluida esta primera fase de la invasión, las tropas rusas continuarían su avance hacia occidente y, a continuación, hacia el norte, con el objetivo de ocupar toda Ucrania excepto una pequeña área occidental donde se arrinconaría a la población «rusófoba neonazi», según la dialéctica del Kremlin.
El plan de invasión era tan descabellado que incluso en la Casa Blanca costaba asumir que un país pudiera planear algo así
Los servicios de inteligencia estadounidenses contaban con información muy detallada de todos estos planes: posicionamiento de tropas, armamento, estrategia operativa y puntos débiles.
El plan de invasión era tan descabellado que incluso en la Casa Blanca costaba asumir que un país pudiera planear algo así: «No parecía el tipo de cosa que emprendería un país racional», reveló al Post uno de los funcionarios presentes en la reunión con Biden.
A los asistentes a la reunión les parecía una locura que Putin pudiera plantearse la ocupación de un país de más de 600.000 kilómetros cuadrados y 45 millones de habitantes, muchos de ellos con un sentimiento antirruso fuertemente arraigado.
La misma experiencia de Estados Unidos en Afganistán e Irak mostraba que mantener una ocupación en esas condiciones es muy difícil, y que una insurrección civil y la consecuente guerra de desgaste sería inevitable.
Sin embargo, los datos de la inteligencia estadunidense eran contundentes al señalar los preparativos para una invasión inminente.
¡Cavad trincheras!
La investigación realizada por The Washington Post reveló que el mismo secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, advirtió a Zelenski en persona de los planes rusos de invasión.
Hasta los cuatro o cinco días previos a la invasión, no nos ofrecieron inteligencia específicaMinistro ucraniano de Exteriores
Sin embargo, la falta de detalles de esos planes y la falta de compromiso por parte estadounidense de proporcionar armamento pesado a Ucrania para defenderse generaron un profundo escepticismo en el Gobierno ucraniano.
«Hasta los cuatro o cinco días previos a la invasión, no nos ofrecieron inteligencia específica», aseguró el ministro ucraniano de Exteriores, Dmytro Kuleba.
En Washington, un alto funcionario del departamento de Estado advirtió a Andriy Yermak, jefe de gabinete de Zelenski: «¡Poneos a cavar trincheras!».
Yermak creyó que el funcionario bromeaba y sonrió. Pero no se trataba de ningún chiste: «Lo digo en serio. ¡Empezad a cavar trincheras! Vais a sufrir un ataque a gran escala y tenéis que estar preparados».
Sin embargo, cuando el emisario de Zelenski le pidió detalles, no los obtuvo.
«Tuvimos que buscar un equilibrio entre evaluar los riesgos de forma realista y preparar al país para lo peor, y mantener al país funcionando económica y financieramente», declaró Kuleba en afirmaciones recogidas por el Post.
El tema económico, según reconoció el mismo Kuleba, se encontró en el fondo de la decisión de no alertar a la población: «Cada vez que Estados Unidos hacía una declaración pública advirtiendo de la inminencia de la guerra, se reflejaba de inmediato en el tipo de cambio de nuestra moneda».
«Imaginemos que el pánico (entre la población ucraniana) se hubiera desatado tres o cuatro meses antes. ¿Qué hubiera pasado con la economía? ¿Habríamos podido aguantar cinco meses como hemos hecho?», se preguntó el jefe de gabinete de Zelenski. Y concluyó: «Crear pánico es un método de los rusos».