No hay paz para Etiopía: los rebeldes de Tigré retoman su guerra contra el Gobierno
Los enfrentamientos armados entre los rebeldes de Tigré y las fuerzas gubernamentales recomenzaron tras cinco meses de frágil tregua
La comunidad internacional manifestó su preocupación el pasado jueves por la reanudación de los combates en Etiopía, donde se produjeron enfrentamientos entre el ejército federal y los rebeldes de la región de Tigré, tras cinco meses de tregua.
Ni el Gobierno etíope ni las autoridades rebeldes de Tigré -que se acusan mutuamente de haber desatado los últimos enfrentamientos- indicaron si los combates se habían interrumpido o no, y tampoco respondieron a las preguntas de AFP.
En un comunicado fechado el miércoles, las autoridades rebeldes de Tigré se limitaron a decir que las fuerzas gubernamentales «no habían logrado [...] quebrar [sus] líneas de defensa».
Los combates, declarados en algunas zonas de las regiones Amhara y Afar, aledañas al extremo sureste de Tigré, no parecían haberse extendido.
Pero este repunte de violencia -que rompió una tregua pactada por ambas partes a finales de marzo- generó preocupación en la comunidad internacional, que teme una reanudación de un conflicto a gran escala.
Desde que estalló la guerra, hace 21 meses, miles de personas han muerto y más de dos millones tuvieron que abandonar sus hogares.
Llamamientos internacionales
«Las informaciones sobre un reinicio del conflicto en el norte de Etiopía ensombrecen las perspectivas de paz», consideró el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, que instó a «todas las partes a desencallar la situación antes de que degenere de nuevo en una guerra total».
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, llamó a ambas partes a «poner fin definitivamente al conflicto».
El jueves, el vice primer ministro etíope y ministro de Relaciones Exteriores Demeke Mekonnen reiteró, durante una reunión con diplomáticos, que «el Gobierno está dispuesto a defender la integridad territorial y la soberanía de la nación», según un comunicado.
«Pero también está decidido a utilizar medios pacíficos para poner fin al conflicto y a colaborar con las organizaciones humanitarias», afirmó.
También acusó a los rebeldes de seguir «utilizando con fines militares unos suministros humanitarios destinados a apoyar a los civiles, sin reconocer las medidas de paz tomadas por el Gobierno».
Discusiones directas
Desde finales de junio, el Ejecutivo etíope y los rebeldes de Tigré han reiterado que desean participar en negociaciones de paz, pero no se han puesto de acuerdo en cómo llevarlas a cabo. En los últimos días, se acusaron mutuamente de estar planeando ataques.
El Gobierno federal desea conversaciones directas y sin condiciones previas, auspiciadas por la Unión Africana (UA).
Los rebeldes, en cambio, condicionan las negociaciones al restablecimiento de la electricidad, las telecomunicaciones y los servicios bancarios en Tigré, y rechazan la mediación del alto representante de la UA, Olusegun Obasanjo.
En una carta publicada el miércoles, el jefe de las autoridades rebeldes de Tigré Debretsion Gebremichael, reconoció que se habían llevado a cabo «dos series de discusiones directas» con responsables civiles y militares del Gobierno etíope, unos contactos directos que los rebeldes de Tigré habían negado hasta la fecha.
La tregua alcanzada a finales de marzo había facilitado la llegada progresiva de ayuda humanitaria por carretera hasta Tigré, que quedó sumido en una situación próxima a la de la hambruna a causa del conflicto.
El conflicto en Tigré estalló en noviembre de 2020, cuando el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, envió allí al ejército para expulsar al Gobierno regional, que rebatía su autoridad desde hacía varios meses y que, según el Ejecutivo central, había atacado bases militares en la región.
Tras haberse batido en retirada en un primer momento, los rebeldes de Tigré retomaron el control de la mayor parte de la región gracias a una contraofensiva a mediados de 2021, durante la cual entraron en Amhara y Afar.