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Dos guardias de honor taiwaneses desfilan durante una ceremonia militar con la bandera estatal de fondo

Dos guardias de honor taiwaneses desfilan durante una ceremonia militar con la bandera estatal de fondoAFP

Estoicos, pero poco motivados: los reservistas de Taiwán se forman para prepararse ante una agresión de China

Las autoridades taiwanesas tratan de sacar a la población de su letargo frente a la amenaza china y se plantea reintroducir el servicio militar completo

Pensativo en un banco de una iglesia de Taipéi, Henry Cheng se muestra despreocupado ante los buques y aviones chinos que rodean su isla, pero también siente que los reservistas del ejército taiwanés, de los que forma parte, no están preparados para una guerra.

Las masivas maniobras militares de China este mes han disparado las tensiones en el estrecho de Taiwán a su nivel más alto en años, alimentando el temor a que Pekín use la fuerza para tomar el control de este territorio autónomo que considera como propio.

Tras la invasión rusa de Ucrania, la crisis reavivó el debate en Taiwán y sus aliados occidentales sobre si la isla está preparada para contener al poderoso y más numeroso ejército chino.

Pero Cheng no está demasiado preocupado. «Fue como: Oh, allí van otra vez», dice el agente de seguros de 25 años. «Han estado hablando de una guerra desde que soy pequeño y todavía no ha habido ninguna».

El joven completó sus cuatro meses de servicio militar el año pasado, con lo que figura entre los 2,5 millones de reservistas que podrían ser llamados a la batalla en caso de invasión.

Aun así, un hipotético conflicto parece una realidad lejana para Cheng comparado con su rutina de reuniones con clientes y ensayos como batería de la banda de música de su iglesia.

«Definitivamente, no estoy preparado» para una guerra, asegura. «Cuatro meses (de servicio) para mí es más como ir allí a actuar», explica resignado y concluye «Probablemente muera muy rápido. Lo enfrentaré cuando ocurra».

Demasiado corto

El servicio obligatorio solía ser muy impopular en Taiwán, que durante años estuvo regido por una brutal dictadura militar ante de convertirse en una democracia.

El gobierno anterior redujo el servicio obligatorio de un año a cuatro meses con el objetivo de crear una fuerza principalmente de voluntarios.

Pero el ruido de sables procedente de Pekín se ha intensificado bajo la presidencia de Xi Jinping, cerniendo sobre Taiwán la sombra de un conflicto como el desencadenado por Rusia en Ucrania.

Debido a ello, la administración de la presidenta Tsai Ing-wen baraja reinstaurar un servicio militar más completo, una opción aparentemente respaldada por la población que en un 75 % lo considera demasiado corto según los sondeos.

Con 88.000 tropas terrestres, las fuerzas de Taiwán se ven claramente sobrepasadas por el millón de soldados del Ejército Popular de China que estima el Pentágono.

Aun así, la montañosa isla supone un importante desafío para un hipotético invasor.

Taipéi ha intensificado los entrenamientos de los reservistas y ha aumentado las compras de aviones y misiles antibuque. Pero los expertos no lo consideran suficiente.

«Realmente creo que cuatro meses es demasiado corto», dice Joseph Hwang, profesor asociado de la Universidad de Defensa Nacional de Taiwán.

Peter Yang, un ingeniero que practica con juegos de guerra en su tiempo libre, recuerda que gran parte de su servicio militar obligatorio lo pasó «haciendo papeleo».

«No había mucho tiempo de formación, solo entrenamiento físico y práctica de tiro», con solo 12 balas en cada ejercicio, dice el joven de 24 años a AFP.

«Nuestro trabajo es simplemente morir en el campo de batalla (...) Con lo que basta que sepamos cómo disparar un arma», se resigna.

El mes pasado, el ex secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, urgió a Taiwán a triplicar su servicio obligatorio a un año y a extenderlo a las mujeres.

Bailando, bebiendo, ejercitándose

Los estrategas estadounidenses y taiwaneses recomiendan a las autoridades de Taipéi seguir el ejemplo de Ucrania y adoptar una estrategia de guerra asimétrica frente a una hipotética invasión de China.

Pero la población de Taiwán no está preparada para la dura resistencia vista en las calles ucranianas, dice el coronel jubilado de las fuerzas aéreas Richard Chou, que sirvió durante 21 años.

«La preparación militar de Taiwán desde mi perspectiva no es suficiente», opina el veterano de 52 años, que se enrolaría gustosamente si lo llaman.

«No se trata solo de una persona sosteniendo un rifle. También deben aprender cómo manejar situaciones juntos como grupo a través del entrenamiento. Solo entonces tendrán esperanza de resistir en el futuro», apunta.

Para demostrar la indiferencia general ante la amenaza china, el veterano de 75 años Jasper Lee apunta a su alrededor en un parque del centro de Taipéi: «Acaba de tener ejercicios militares alrededor de la isla y la gente está así: bailando, bebiendo, ejercitándose...».

Pero detrás del estoicismo aparente, el temor a China va creciendo.

John Chen, un reservista de 26 años, asegura que las maniobras aumentaron su ansiedad y compara a Pekín con un acosador que todo el tiempo «dice que le perteneces».

«Sabe adónde vas a trabajar cada día y te sigue del trabajo a casa. Está es la situación en la que está Taiwán», dice Chen y agrega «Me preocupa saber si mi país seguirá existiendo».

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