Un largo dilema en Europa: ¿reparaciones a Polonia por la ocupación nazi?
En el 83 aniversario de la invasión alemana de Polonia, Jaroslaw Kaczynski, presidente del partido conservador Ley y justicia (PiS) que gobierna el país en coalición, presentó el informe en el que un grupo de trabajo del parlamento polaco, apoyado por 30 científicos de diversas disciplinas, calculó en ese montante el alcance de las pérdidas polacas.
Kaczynski dijo que los 1,3 billones de euros es una «suma que la economía alemana puede manejar y no la carga en exceso». Habló de un «proceso difícil y quizás largo» para obtener una compensación así «por todo lo que el Estado y el pueblo alemán hizo a Polonia entre los años 1939 a 1945».
No es ya una reparación de guerra sino por la ocupación misma del país, desde 1939 y lo que esta causó. Kaczynski declaró que «rechazar estas demandas justificadas sería una expresión de un complejo de inferioridad patológico».
Los crímenes cometidos por los ocupantes alemanes contra la población polaca durante la Segunda Guerra Mundial corresponden en gran medida a un genocidio según lo establecido en la Convención de las Naciones Unidas para la Prevención y la Sanción del Genocidio.
La ideología nacionalsocialista vio a los polacos como esclavos sin educación, inferiores y, de hecho, su élite fue sistemáticamente perseguida y masacrada. El Ejército alemán y las SS arrasaron cientos de ciudades polacas y asesinaron a sus residentes.
Muchos crímenes son de una magnitud difícil de imaginar y apenas se conocen fuera de Polonia, como la masacre en el distrito de Wola en Varsovia, en la que las tropas alemanas dispararon contra 30.000 civiles durante unos pocos días, en agosto de 1944.
Los políticos de la oposición criticaron a Kaczynski de que la verdadera razón de las demandas de reparación es partidista. No creen que sea el momento de hacer esas reclamaciones. Pero, en este contexto, con una ocupación de Ucrania por parte de Rusia y con el aniversario de la invasión alemana, era difícil rechazar fríamente las reclamaciones polacas de reparación.
Los padecimientos y la demolición física y humana del pueblo polaco fueron terribles durante la ocupación por eso es comprensible que muchos polacos consideren injusto que su país haya recibido menos compensación de Alemania que otros países vecinos después de la guerra.
Rechazo en Berlín
Sin embargo, en Berlín se ha recibido esto con un rechazo categórico. Pedir 1,3 billones de euros es aproximadamente tres veces el presupuesto federal para 2022 (actualmente de cerca de 495 mil millones de euros). Desde el punto de vista alemán esta reclamación es muy inoportuna. Alemania se enfrenta a una crisis energética sin precedentes con la correspondiente repercusión económica.
Actualmente, Alemania y Polonia son socios en la UE y la OTAN. En tiempos de paz, la estrecha integración de sus economías ha traído un importante prosperidad a ambos pueblos. Y ahora Polonia y Alemania deben hacer grandes esfuerzos conjuntos para apoyar a Ucrania, contra la guerra de agresión rusa. De ello depende la seguridad y la libertad de ambos países.
Una fricción, un conflicto en el seno de las naciones de Alianza, solo puede beneficiar a Rusia, en este momento. Concretamente la implicación de Polonia y Alemania es actualmente muy alta, desde el punto de vista logístico para la seguridad de la región y el apoyo de la OTAN a Ucrania.
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La opinión pública polaca está dividida sobre la cuestión de estas reclamaciones de reparación. Parece que los cálculos son justos, y la prensa local da cuenta de que un 51,1 % de los ciudadanos está a favor de exigir esta compensación económica a Alemania, por los daños causados por la guerra. De otro lado, un 41,5 % no cree que esto sea ahora necesario y un 7,5 % está indeciso.
El partido del gobierno, Ley y Justicia (PiS), ha pedido repetidamente reparaciones a Alemania desde su victoria electoral en otoño de 2015. Polonia, también se está viendo golpeada económicamente por las consecuencias de la guerra en Ucrania. Además, el país corre el riesgo de perder parte de los 35.000 millones de euros del fondo de reconstrucción, debido a disputas con la UE, principalmente sobre la reestructuración de su poder judicial. La Comisión de la UE ofreció la posibilidad de desembolsar el dinero después de que el gobierno polaco hiciera estas concesiones.
Más allá de las consideraciones políticas y, en este momento, geopolíticas. Estos hechos muestran fricciones muy inoportunas en le seno de la Unión Europea que suponen riesgos para la seguridad actual de la Alianza, pero moralmente nos plantean un largo dilema:
¿Por qué tendrían que pagar varias generaciones de alemanes que nacieron mucho después de la guerra y la ocupación, cargas y culpas de sus abuelos e, incluso, bisabuelos?