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El Príncipe Harry, a su salida del Castillo de Balmoral

El Príncipe Harry, a su salida del Castillo de BalmoralTwitter / @creme_moi

Isabel II

La soledad de Harry en Balmoral: llegó hora y media tarde, solo, y fue el primero en irse

Al contrario que su hermano, que pudo llegar a Aberdeen rodeado de sus tíos, la noticia de Buckingham Palace sorprendió a Harry en pleno vuelo

Harry, Duque de Sussex, se encontraba en pleno vuelo a las 18:30, hora en la que Buckingham Palace confirmó la noticia de la muerte de su abuela, la Reina Isabel II. Su Cessna privado no aterrizaría hasta 16 minutos más tarde, y aunque el Príncipe se encaminó con prisa hacia el Castillo de Balmoral, no logró llegar a tiempo.

Los Príncipes Andrés, Eduardo, y Guillermo compartieron el momento en familia. Aterrizaron, sombríos, a las cuatro de la tarde, y emprendieron juntos el camino hacia Aberdeenshire, con Guillermo al volante. Su llegada, a las 17:06, precedió al anuncio de Buckingham Palace, pero es poco probable que alcanzasen a ver los últimos instantes de vida de la Reina.

Una situación a la que Harry se enfrentó completamente solo. Al igual que Kate Middleton, que optó por permanecer en Windsor para acompañar a sus tres hijos pequeños, Meghan Markle se quedó en Londres para atender a sus responsabilidades: los Duques de Sussex se encontraban en la capital inglesa para una gira de su organización benéfica.

El viaje de Harry estuvo marcado por la mala suerte: primero, su mujer Meghan tuvo un cambio de planes tras anunciar que viajaría también a Escocia, y lo dejó solo en el último momento. Luego, un retraso de 20 minutos en el aeropuerto londinense de Luton causó la tardanza de su jet privado, y Harry perdió la carrera contra el reloj.

Una salida apresurada

Sin su esposa, sus tíos, su hermano, o sus primos, el Duque de Sussex fue el último en llegar al Castillo de Balmoral. También fue el primero en irse.

Tras doce horas junto al féretro, el Príncipe Harry abandonó Balmoral antes que cualquiera de sus familiares. A las 8:30 de la mañana, ya estaba sentado en el asiento trasero de un Range Rover, camino del aeropuerto internacional de Aberdeen. Y antes de las 9:30, embarcaba en un vuelo comercial de British Airways, con destino a Londres y a sus responsabilidades.

Críticas y tensión

Los últimos años de vida de la Reina Isabel II estuvieron marcados por una fuerte tensión entre su familia y los Duques de Sussex: su nieto, el Príncipe Harry, y la mujer de este, Meghan Markle, con quien tiene dos hijos. Después de una llamativa boda real, la pareja renegó de sus vínculos con el resto de los Windsor en una serie de entrevistas y espectáculos.

Tras denunciar el bullying de la prensa inglesa contra Markle, y supuesto racismo por parte de la Casa Real, los Duques de Sussex renunciaron a su estatus para elegir una «vida tranquila» en California, en 2020. De esta forma, optaron por dividir su vida entre Norteamérica y Reino Unido, y ganarse la vida por sus propios medios.

Desde entonces, ambos continuaron criticando a Isabel II y a los suyos, en medios estadounidenses: en una entrevista de 85 minutos en 2021 con la tertuliana Oprah, Harry y Meghan denunciaron la situación «tóxica» en Buckingham Palace.

Este agosto, días antes de la muerte de la monarca, la esposa del Príncipe Harry volvió a cargar contra la monarquía en una entrevista con la revista The Cut, y prometió seguir criticando la Casa Real en su nuevo podcast, Archetypes.

«Las circunstancias son las apropiadas para una confesión», es la desafortunada frase con la que empieza el artículo The Cut. En él, Markle volvía a reprochar la dinámica familiar de los Windsor: «Con solo existir, Harry y yo perturbábamos la jerarquía».

La ausencia de Meghan Markle del lecho de muerte de la Reina Isabel II podría haber sido estratégico. Como especuló en directo el corresponsal de Casa Real de la BBC, Nicholas Witchell, «seamos completamente honestos. [Meghan] no habría sido recibida con mucha calidez en Balmoral».

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