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Tumba de Benito Mussolini en Predappio, su localidad natalAFP

Viaje a la cuna del fascismo italiano, donde el culto a Mussolini perdura desde hace 100 años

La tumba de Mussolini en Predappio, su localidad natal, se ha convertido en un centro de peregrinación para los fascistas italianos, que acuden a rendir homenaje al 'Duce'

Cien años después de su llegada al poder, el culto a Benito Mussolini se mantiene intacto en el pueblo de Predappio, donde nació y fue enterrado. Su tumba, en la cripta de la capilla familiar, atrae cada año a decenas de miles de visitantes.

Nostalgia o curiosidad, son muchos los que desfilan ante los restos de 'il Duce', cuyo legado sigue pesando sobre el partido posfascista Fratelli d'Italia, liderado por Giorgia Meloni y en cabeza en los sondeos de cara a las legislativas del 25 de septiembre.

En la cripta, decorada con un busto blanco de Mussolini, el libro de oro colocado ante el sarcófago de piedra cubierto con la bandera de Italia está lleno de mensajes cariñosos. «Nunca te olvidaré», «renaceremos», «¡vuelve!».

Emocionado, un joven visitante con la cabeza rapada y una camiseta color kaki acaricia con una mano la lápida y le rinde homenaje, brazo en alto, a quien en uno de los ramos de flores es presentado como «el padre de la patria».

Otros han venido a Predappio, en el norte de Italia, con su familia, y formulan opiniones más matizadas sobre Mussolini, quien llegó al poder tras la marcha sobre Roma en octubre de 1922 e instauró en 1925 una dictadura que duró hasta 1943.

«Mussolini fue un gran hombre de Estado. Hizo avanzar el derecho laboral y la protección social. Pero cometió errores al aliarse con Hitler y aprobar leyes raciales vergonzosas», dice Fabiana di Carlo, una funcionaria romana de 42 años, que vino acompañada de su hija.

En las elecciones dice que votará a Giorgia Meloni porque la considera «inteligente y competente» y porque quiere que se convierta en «la primera mujer jefa de gobierno».

Su visión es la de muchos italianos, que trazan una línea divisoria entre lo que Mussolini hizo antes y después de su alianza con los nazis y su entrada en la Segunda Guerra Mundial.

En Italia, el 66% de los jóvenes de 16 a 25 años considera el régimen fascista como «una dictadura condenable en parte, pero que también trajo beneficios», según un sondeo de Ipsos publicado en octubre de 2021.

«Esperamos que Giorgia Meloni gane las elecciones. Hará respetar las normas y la seguridad», apunta una pareja de empresarios de Milán, Giovanna y Alessandro, que salen de la cripta con un calendario de Mussolini bajo el brazo.

La tumba de Mussolini (1883-1945) recibe cada año a más de 70.000 visitantes, e incluye recuerdos como cruces gamadas o celtas, botellas de vino con la efigie del «Duce», brazaletes «anticomunistas» y carteles con lemas como «Italia para los italianos» o «Manual del fascista».

El universo del fascismo

Nacido en 2012 de las cenizas de Movimiento Social Italiano (MSI), fundado por antiguos fieles de Mussolini, Fratelli d’Italia recuperó su emblema, la llama tricolor.

Un símbolo al que no quiere renunciar Meloni, pese a haber tomado distancias con «los nostálgicos del fascismo», para los que «no hay lugar» en su partido, que propone un programa nacionalista y euroescéptico.

Su probable llegada al poder inquieta en Europa. ¿Hay que temer un regreso del fascismo a Italia?

«No creo que haya riesgo de un regreso al fascismo histórico, lo que sí es posible es que haya un giro autoritario y una restricción de libertades, como la de prensa», comenta Gianfranco Miro Gori, dirigente local de la Asociación Nacional de los Partisanos Italianos, el nombre de los combatientes antifascistas durante la Segunda Guerra Mundial.

Predappio, cuna del fascismo

No lejos de la casa natal de Mussolini, donde su padre regentaba un taller de herrero, una exposición dedicada a la marcha sobre Roma introduce de lleno al visitante en el universo del fascismo.

Modelos de talla natural con uniformes de la época, armas blancas y de fuego, fotografías amarillentas, una calavera con casco... 170 objetos de coleccionistas privados ilustran la insurrección de los «camisas negras».

«Es una exposición cultural que de manera objetiva y documentada ofrece una reflexión sobre lo que fue la marcha sobre Roma. No hay ninguna apología del fascismo», asegura uno de los dos comisarios de la exposición, el historiador Franco d'Emilio.

Su objetivo es «dar a conocer Predappio como la capital de la historia del fascismo en Italia y el mundo», abunda el abogado Francesco Minutillo, exdirigente de Fratelli d'Italia.

Entre los visitantes de Predappio se encuentra Ivano, un empleado del sector vitivinícola de 39 años y oriundo de Cuneo.

Admira a Mussolini y dice ser un «apasionado de la historia». Según él, «Europa no tiene ningún motivo para temer a Giorgia Meloni, porque ella no es fascista sino atlantista y anti Putin».