Elecciones en Italia
Giorgia Meloni se dirige meteórica hacia una victoria electoral sin precedentes en Italia
Muchas son las cosas que van a cambiar en Italia tras la probable victoria de Giorgia Meloni en las elecciones generales del próximo 25 de septiembre.
La novedad más evidente es que la líder de Fratelli d'Italia (FdI) se convertiría en la primera mujer que presida el Consejo de Ministros en la historia italiana.
Meloni, de 45 años, tiene todas las encuestas a favor. Los últimos sondeos publicados siguen agrandando la brecha entre FdI y su inmediato perseguidor, el socialdemócrata Partido Democrático (PD).
La última encuesta, de la empresa demoscópica SWG para el canal LA7, sitúa a Meloni en cabeza con el 27 % de intención de voto.
A continuación, el PD obtendría el 20,4 % de los votos. En tercer lugar, se sitúan empatados la Lega, de Matteo Salvini, –socio de Meloni– con el 12,1 % de los votos, y el izquierdista Movimento 5 Stelle, con el 12 %.
Tras ellos, los liberales de Azione-Italia Viva, 7,5 % de los votos, el partido de centro derecha Forza Italia (FI) de Silvio Berlusconi, 6,7 %, y la coalición de extrema izquierda Verdi e Sinistra, 4 % de los votos.
Con este panorama, el bloque de derechas (FdI+Lega+FI) tendría al alcance de la mano la victoria frente a un bloque de izquierdas fragmentado, devorado por las peleas cainitas y enfrentado a los liberales, imprescindibles para evitar un gobierno de derechas.
Conjurar los fantasmas
Desde el momento en que se confirmó la caída del gobierno Draghi, Meloni ha tratado de conjurar todos los fantasmas que pululaban las siglas de su partido.
A pesar de que su partido, Fratelli d'Italia, es heredera directa del Movimento Sociale Italiano (MSI) –una refundación del Partido Fascista de Mussolini tras la Segunda Guerra Mundial– y de incluso conservar el logo del MSI, Meloni ha desechado todas las acusaciones de partido fascista o, en el mejor de los casos, de extrema derecha.
Ella define al FdI como un partido de centro derecha y, en un vídeo publicado el 11 de agosto, en francés, inglés y español, condenó el nazismo y el comunismo. «La derecha italiana ha mandado el fascismo a la historia desde hace décadas», subrayó.
Frente a las acusaciones de connivencia con el régimen de Vladimir Putin en Rusia, más dirigidas a sus socios electorales –la Lega de Matteo Salvini y Forza Italia de Silvio Berlusconi– Giorgia Meloni se ha posicionado siempre del lado de Estados Unidos y la Unión Europea en las sanciones contra Rusia y el apoyo a Ucrania.
En un reciente acto electoral mostró su discrepancia con su socio Matteo Salvini precisamente por esta cuestión. Mientras Salvini defiende retirar sanciones por su supuesta «ineficacia», Meloni defendió que Italia debe posicionarse con sus socios occidentales.
«Si Italia no enviara más armas o no participara en las sanciones, ¿qué haría Occidente? Nada, continuaría enviándolas», argumentó Meloni. «Si Italia abandona a sus aliados, para Ucrania no cambia nada, pero para nosotros, cambia mucho. Un país serio que quiere defender sus intereses debe mantener una posición creíble».
Asimismo, se ha acusado a FdI de vínculos con la mafia debido al enjuiciamiento de varios de sus integrantes por participar en las redes de la 'Ndrangheta, grupo criminal de origen calabrés cuyos tentáculos se extienden por gran parte de Italia.
Sin embargo, Meloni defiende que el problema de los vínculos entre política y mafia es un problema transversal que afecta a todos los grupos políticos a derecha e izquierda.
Por el contrario, insistió en que su partido incluye en su programa medidas de lucha contra el crimen organizado. Además, no deja escapar la oportunidad para recordar que su acción política se inspira en la lucha del juez anti mafia Paolo Borsellino, y que su asesinato en julio de 1992 por sicarios de la Cosa Nostra (mafia siciliana) fue el empujón que le llevó a dar el salto a la política.
Natural del popular barrio romano de Garbatella, Giorgia Meloni es periodista de formación, aunque entró en política muy joven, primero en Alleanza Nazionale y luego como cofundadora de Fratelli d'Italia.
El nombre de del partido lo tomaron de la primera estrofa del himno nacional, «Fratelli d'Italia, l'Italia s'è desta», lo que llevó a sus detractores a acusar a Meloni y a sus correligionarios de tratar de apropiarse de los símbolos nacionales.
Por lo tanto, aunque su nombre saltó a la escena internacional en el momento en que las encuestas empezaron a serle propicias, Meloni no es una novata en política.
Fue diputada y vicepresidenta de la Cámara de Diputados entre 2006 y 2008. En 2008 repitió como diputada. Fue ministra de la Juventud entre 2008 y 2011 con 31 años, la ministra más joven de la historia de la República.
Ahora, está a punto de marcar un nuevo hito al convertirse en la primera mujer presidenta del Consejo de Ministros.
Meloni, consciente del valor de la carta feminista, la juega siempre que puede. Este lunes en un acto electoral en Monza, señaló que «si una mujer llegase por primera vez a dirigir el Gobierno, desafío a todos a decir que eso no significaría romper un techo de cristal».
«El carnet de feminidad no lo da la izquierda: yo soy una mujer. Por lo tanto, el hecho de decir que 'no se es una mujer si no dices las cosas que digo yo' es algo que, a mí, francamente, me da bastante risa», señaló.