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Represión de la dictadura de Daniel Ortega

Berta Valle: «Es urgente salvarle la vida a los presos políticos de Nicaragua»

La esposa del encarcelado exaspirante presidencial, Félix Maradiaga, denunció en Madrid la deplorable situación de los presos políticos

Para Berta Valle es muy duro levantarse todos los días preguntándose, ¿cómo está su marido? Todavía peor le resulta explicarle a su hija de 8 años por qué no puede ver a su padre. Esta es la realidad que viven mas de 200 familias en Nicaragua tras las detenciones arbitrarias y juicios sumarios que la dictadura de Daniel Ortega ha emprendido contra opositores nicaragüenses.

Valle es esposa del politólogo y exaspirante presidencial Félix Maradiaga, quien fue acusado por parte del régimen sandinista de ser parte de un golpe de Estado y condenado a 13 años de prisión. Maradiaga al igual que el resto de los candidatos presidenciales que intentaban disputar el poder a Ortega en 2021, se encuentra detenido en «El Chipote» un centro de tortura en Managua.

Tanto Maradiaga, como líderes campesinos, empresarios y periodistas, se encuentran recluidos en un «confinamiento en solitario» e «incomunicación prolongada» por períodos de hasta 45 días de acuerdo con Valle, quien denuncia que la dictadura de Ortega y su mujer, Rosario Murillo, «ha creado esta serie de leyes que básicamente son copia» de las de Rusia, Venezuela y Cuba «usadas como instrumento para justificar estas detenciones arbitrarias».

«Reciben sol cada diez días por tan sólo 15 minutos», narra Valle quien agrega que su esposo ha perdido 60 libras (unos 27 kilos) desde su detención, el 9 de junio de 2021. En similar situación se encuentran el resto de los presos políticos. Su salud física y emocional les genera preocupación.

En una de las pocas visitas autorizadas, a las que pudo acceder la hermana de su esposo, Maradiaga expresó que sentía que sus captores tenían la intención de «apagarlo» por medio de la «tortura blanca» (sin maltrato físico directo).

Valle, comunicadora de profesión y ahora exiliada junto a su hija en Estados Unidos, recuerda que en Nicaragua salir con una bandera nacional o hacer comentarios en redes sociales está castigado con cárcel y agrega: «afortunadamente yo tengo la oportunidad de viajar y hablar por Félix. Pero hay un montón de gente en Nicaragua que no puede hacerlo porque tienen miedo, porque no tienen los recursos o el conocimiento».

El exgeneral de brigada y comandante de la revolución sandinista, Hugo Torres, murió bajo custodia policial del régimen

Con contundencia, la esposa del líder opositor señala que «el régimen ha torturado y tortura a nuestros familiares». Eso explica, continúa, «nuestra urgente invocación a la comunidad internacional. Sus vidas están en riesgo y necesitamos que nos ayuden a salvarles».

«La Iglesia era la última protección»

Valle recuerda que «la Iglesia Católica jugó un rol muy importante en 2018 porque logró una mesa de diálogo para buscar una salida a la crisis y respaldó al pueblo abiertamente, pero ahora resulta que hay ocho sacerdotes también presos y muchos otros tuvieron que salir al exilio».

«Ni siquiera en tiempos de guerra en los años ochenta habíamos visto este tipo de comportamiento de parte de Daniel Ortega y Rosario Murillo», se lamenta.

Valle quien reconoce que «veíamos a la Iglesia como el último recurso para poder tener algún tipo de protección» y agrega: «nos preocupa mucho porque ya no tenemos realmente ninguna voz que nos defienda en el país».

Sacerdotes nicaragüenses detenidos ilegalmente por la dictadura de Daniel Ortega

La comunicadora nicaragüense lamentó que a su esposo «ni tan siquiera se le permita tener una Biblia» para reconfortarse espiritualmente «violándole también la libertad de pensamiento y religiosa a las que tienen derecho» los presos políticos.

El destierro para salvar la vida

Valle visitó recientemente Bruselas y Estrasburgo, con el auspicio de la Fundación alemana Friedrich Nauman, para exponer la grave situación de los presos políticos de Nicaragua y buscó apoyo en el Parlamento Europeo para la «liberación incondicional» de su marido y el resto de presos políticos.

Sin embargo Valle admitió que los familiares de presos políticos están desesperados y que, en su caso, aunque reconoce que «es horrible» que no le permitan regresar a su país, «estaría dispuesta» a que su esposo «sea desterrado con tal de salvarle la vida».