Los católicos podrían convertirse en mayoría en Irlanda del Norte e impulsar la reunificación
El panorama demográfico en Irlanda del Norte podría dar un vuelco en las próximas semanas, cuando se publiquen los resultados del censo de 2021 que se espera que confirmen que la población católica ha superado a la protestante por primera vez y se ha convertido en la más numerosa.
Una mayoría de católicos norirlandeses, tradicionalmente republicanos y partidarios de la unión con la República de Irlanda, podría dar un nuevo impulso a la reunificación de la isla.
La confirmación del aumento de peso demográfico de los católicos sería un elemento más que, junto a los problemas derivados del brexit y, sobre todo, la victoria del Sinn Féin en las elecciones de mayo, indica que algo se mueve en el norte de la isla.
Desde los años 90 del siglo XX, el censo norirlandés ha mostrado una tendencia clara hacia el declive de la población protestante y el crecimiento de la católica.
En 1991, la comunidad protestante representaba el 58 % de los norirlandeses frente al 42 % de los católicos.
El último censo publicado, en 2011, redujo la distancia entre ambas comunidades al situar el porcentaje de protestantes en el 48 % y el de católicos en 45 %. El censo que deberá publicarse en los próximos días confirmaría el esperado sorpasso.
La de los Acuerdos del Viernes Santo de 1998, que permitieron poner fin a las tres décadas de violencia sectaria entre católicos y protestantes, con un saldo de 3.532 muertos, reconoce el derecho a la autodeterminación de los norirlandeses para decidir si el territorio se integra en la República de Irlanda o si permanece dentro del Reino Unido.
Los Acuerdos del Viernes Santo permitieron la restauración de la Asamblea y del Gobierno autónomo, además de crear una serie de instituciones de nuevo cuño para estrechar lazos, por un lado, con el Reino Unido y, por otro, con Irlanda.
Sin embargo, la convocatoria del referéndum depende de Londres por medio del ministro para Irlanda del Norte, Chris Heaton-Harris, y nada parece indicar que se estén produciendo movimientos en ese sentido.
La líder del Sinn Fèin y candidata a ministra principal del territorio, Michelle O’Neill, expresó tras su victoria su intención de celebrar un referéndum sobre la reunificación en los próximos años.
Pero la división entre católicos y protestantes sigue siendo demasiado fuerte como para avanzar hacia la votación.
El territorio ni siquiera ha logrado alcanzar un acuerdo para formar gobierno y la amenaza del bloqueo institucional, y la consiguiente suspensión de la autonomía, pende sobre Irlanda del Norte.
La actualización del censo, con la evidencia del cambio de pesos demográficos, podría ser la palanca que active todo el proceso.
Si se da el caso, se trataría de la primera gran «patata caliente» del mandato de Liz Truss como primera ministra y, sobre todo, del reinado de Carlos III, que aumentaría la tensión territorial en el Reino Unido, ya bastante difícil de gestionar por el desafío independentista planteado en Escocia.
Los bloques en Irlanda del Norte no son, en cualquier caso, tan monolíticos como parece, y no siempre se corresponden con las fronteras de credo entre católicos y protestantes: Hay católicos unionistas y protestantes republicanos.
Sin embargo, lo cierto es que la tendencia general es esa: por ello un cambio demográfico en favor de los católicos podría ser decisivo en el futuro de la isla.
Otro elemento para tener en cuenta es que la sociedad norirlandesa cada vez funciona menos según cuestiones religiosas y sectarias.
Ambos grupos, católicos y protestantes, se mimetizan cada vez más al abrigo de los Acuerdos del Viernes Santo, y las cuestiones sociales son las que más preocupan a la sociedad, por encima de cuestiones nacionales o religiosas.
En declaraciones a The Times, el miembro de la asamblea norirlandesa, Gerry Carroll, perteneciente a un partido que no se identifica con cuestiones religiosas, People Before Profit, señala que no hay duda de que un cambio de los pesos demográficos traerá llamamientos a la reunificación.
«Pero creo que sería un error decir que, con el único argumento de la demografía, se puede ganar el debate sobre la reunificación. No todas las personas clasificadas como católicas, o consideradas ‘nacionalistas’, votarían automáticamente por una Irlanda unida», subrayó.