La ministra británica de Exteriores, Lizz Truss
Reino Unido amenaza con abandonar el Protocolo de Irlanda del Norte
La victoria del partido unionista Sinn Fein en Irlanda del Norte pone en peligro la frontera comercial entre Gran Bretaña, las dos Irlandas, y la Unión Europea
A Boris Johnson se le revuelve el Parlamento, esta vez por razones políticas y no relacionadas con sus fiestas o mentiras. ¿La última? Amenazó con abandonar unilateralmente el Protocolo de Irlanda del Norte, que los líderes europeos esperan que no toque.
La ministra de Exteriores británica, Liz Truss, está lista para comunicar a la Unión Europea que la disputa sobre el Protocolo de Irlanda del Norte no puede continuar. Ha esbozado un borrador legislativo que retiraría, de forma unilateral, todos los controles fronterizos para los bienes que se envían desde Gran Bretaña a Irlanda del Norte.
También permitiría que las compañías británicas rechacen la normativa europea, y anularía el poder de la Corte de Justicia Europea sobre asuntos relacionados con Irlanda del Norte.
Para que la idea empiece a cuajar, Liz Truss llamará por teléfono a su homólogo en la UE, Maros Sefcovic, y negociará un compromiso. Su intención es reiterar el peligro que la reciente victoria de Sinn Fein y el Protocolo de Irlanda del Norte suponen para el tratado del ‘Good Friday’.
Por su parte, Bruselas no permitirá que Reino Unido se tome demasiadas libertades con el Protocolo. Si Westminster impone la legislación que, de momento, solo ha esbozado, la UE contraatacará con medidas. Estas incluirían impuestos adicionales sobre las exportaciones británicas, y la suspensión de ciertos elementos del tratado de Brexit.
Esa es una de las razones por las cuales Johnson se enfrenta a obstáculos dentro de su propio parlamento. Sus diputados le advierten que podría enfrentarse a una rebelión.
La antigua primera ministra Theresa May, avisó de que Johnson debía tener en cuenta lo que una decisión así significaría de cara a Europa y al resto del mundo. Como dijo un diputado al periódico The Guardian, «no podemos ir por ahí desgarrando acuerdos que no nos gustan».
