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El féretro de la Reina Isabel II fue llevado a la Capilla de San Jorge en el Castillo de Windsor donde este lunes fue sepultadaBen Birchall / AFP

Isabel II ya descansa en Windsor tras un histórico y exquisito funeral de Estado

Reino Unido la homenajeó con 10 días de luto nacional, cortejos y procesiones milimétricamente planificadas y una masiva emoción popular

Entre las praderas llenas de ciervos y los frondosos árboles, se sitúa el Castillo de Windsor, residencia la mayor parte del año de la Reina Isabel II y donde ahora descansan sus restos.

Icono de una era, la Monarca, fallecida tras 70 años de reinado, recibió el lunes el solemne último adiós, tras once días de sentidos homenajes por la desaparición de una figura que cierra un capítulo de la Historia británica y mundial.

El Reino Unido la homenajeó con 10 días de luto nacional, cortejos y procesiones milimétricamente planificadas y una masiva emoción popular que volvió casi imperceptibles las protestas de una minoría de republicanos.

Unos 500 líderes políticos y monarcas de todo el mundo se reunieron en Londres para homenajearla en un exquisito funeral de Estado: de Biden al presidente brasileño Jair Bolsonaro, de los Reyes de España Felipe y Letizia, hasta el emperador Naruhito de Japón.

En la imponente Abadía de Westminster, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, líder espiritual de la Iglesia Anglicana, alabó la vida de la Monarca, dedicada durante siete décadas a su pueblo.

«Las personas que aman servir son infrecuentes en cualquier ámbito de la vida. Los líderes que aman servir son aún más infrecuentes. Pero en todos los casos, aquellos que sirven serán amados y recordados, mientras que quienes se aferran al poder y los privilegios son olvidados», afirmó Welby.

El Coro de la Abadía de Westminster y el Coro de la Capilla Real hicieron vibrar con sus cánticos a los 2.000 asistentes

Una estremecedora fanfarria de los trompeteros de la caballería de la casa real dio paso a dos minutos de silencio, observados en todos los rincones del país, de las calles a los parques y los bares donde muchos siguieron la ceremonia por televisión.

Tras el oficio religioso, el rey Carlos III y sus hermanos Ana, Andrés y Eduardo, seguidos por sus hijos Guillermo y Enrique, acompañaron a pie el féretro en una procesión de casi 2 kilómetros por el centro de Londres.

El ataúd fue cargado sobre un carro de la Royal Navy que, al son de las marchas fúnebres de Beethoven, Mendelssohn y Chopin, fue tirado por decenas de marinos hasta al Arco de Wellington, en Hyde Park Corner.

Bisnietos de la monarca, el príncipe Jorge, de 9 años, segundo en la línea sucesoria, y su hermana Carlota, de 7 años, siguieron al cortejo en el primero de varios automóviles oficiales, junto a su madre Catalina y la nueva reina consorte, Camila.

Muchos esperaron desde primera hora de la mañana en el Mall, la célebre avenida que conduce al palacio de Buckingham, con banderas británicas, para ver pasar la solemne procesión tras el funeral.

Otros lanzaron flores cuando el coche fúnebre en que viajó los 40 kilómetros desde Hyde Park recorrió el Largo Paseo que lleva al Castillo de Windsor, en una de cuyas puertas fue recibido por los queridos perros corgis de Isabel II.

Al término de una misa íntima en la Capilla San Jorge, una iglesia gótica del siglo XV situada en los terrenos del Castillo de Windsor, el féretro de la monarca fue descendido a la cripta donde reposan una larga lista de reyes británicos.

Sin embargo, esta no será su última morada. En una ceremonia privada posterior, en presencia únicamente de sus familiares más cercanos, la reina será enterrada en el «Memorial Jorge VI», una pequeña capilla anexa donde descansan sus padres y las cenizas de su hermana Margarita.

Los restos de su esposo, el príncipe Felipe, serán sepultados junto a ella, trasladándolos también desde la cripta, donde fueron descendidos tras su muerte en abril de 2021.

El ataúd de la Reina Isabel II con la Corona del Estado Imperial descansando encima se encuentra en la Capilla de San Jorge en el Castillo de WindsorJoe Giddens / AFP

Unos 800 invitados, incluidos empleados de la difunta reina, asistieron a este último oficio religioso en que el lord Chambelán, funcionario de mayor rango de la casa real, rompió su «vara de mando» y la colocó sobre el ataúd, marcando el fin del reinado de Isabel II.

La corona imperial, el orbe y el cetro, emblemas de la monarquía que cubrían el ataúd, fueron retirados y colocados sobre el altar

Isabel II no solo conoció a 15 primeros ministros británicos, de Winston Churchill a la actual Liz Truss, sino también a figuras históricas como el soviético Nikita Jruschev, la Madre Teresa de Calcuta o el sudafricano Nelson Mandela. Y a artistas como Charlie Chaplin, Michael Jackson o Lady Gaga.

«Su legado ocupará un lugar destacado en las páginas de la historia británica y en la historia de nuestro mundo», escribió de ella el presidente estadounidense, Joe Biden.