Elecciones en Italia
Italia repite el sistema electoral «Rosatellum» y vota por primera vez a menos parlamentarios
Los italianos elegirán hoy a menos representantes que en 2018, pero mediante el mismo sistema electoral que hace cuatro años. El sistema «Rosatellum» parece consolidarse. Un atisbo de estabilidad para un país que ha experimentado tres leyes electorales distintas en 20 años.
Menos parlamentarios. La primera gran novedad de los comicios de hoy es la reducción sustancial del número de parlamentarios, medida que recibió el apoyo de los dos tercios de los votantes en el referéndum constitucional celebrado hace dos años: en la Cámara de Diputados, el número de escaños ha pasado de 630 a 400, y en el Senado, de 315 a 200.
Otra notable innovación es la igualdad en votantes, pues todos los ciudadanos mayores de 18 años podrán votar a sus representantes en ambas cámaras.
Antes, para designar a los senadores, era preciso haber cumplido 25 años. Sin embargo, la edad mínima para ser miembro de la cámara alta sigue siendo de 40 años.
Una papeleta para cada cámara. Cada votante dispondrá de dos papeletas, una para el Senado y otra para la Cámara de diputados, siendo el mecanismo electoral esencialmente el mismo para ambas.
En la papeleta figurará por cada coalición (o lista única, si no hay alianza) un candidato para la circunscripción uninominal de distrito; y, junto a cada emblema partidista, una lista de candidatos para la parte proporcional.
La votación es sencilla: basta con marcar el emblema de la lista o el nombre del candidato de la circunscripción uninominal.
En el primer caso, el voto irá automáticamente al candidato de distrito vinculado; sin embargo, si pone una cruz en este último, también se contabilizará automáticamente, de forma proporcional, en los partidos de la coalición. En cada distrito es elegido el candidato con la mayoría relativa de los votos.
No es posible votar por separado. Es decir, no se puede elegir un candidato para el distrito sin relación con la lista elegida según el sistema proporcional.
Tampoco el desistimiento. El desistimiento, no presentación o retiro de una candidatura, fue una de las claves de la victoria, en 1996, de la coalición de centro izquierda encabezada por Romano Prodi.
En algunos distritos donde concurrían listas del Olivo, el partido Refundación Comunista no se presentó, evitando así restar votos al candidato de la coalición de Prodi.
Ahora, la coalición ha de ser la misma en toda Italia. Incluso cada coalición -o cada partido- presenta su propio programa y anuncia quién es su líder político.
Por tanto, la coalición no tiene un emblema, un programa o un líder común: sólo candidatos comunes. Cuando se presentan candidatos plurinominales, también se presentan candidatos uninominales, y viceversa, por lo que no cabe el desistimiento.
Umbral mínimo para obtener representación. En el caso del voto proporcional, los escaños se reparten entre las listas que obtienen un mínimo de 3 %. Cada lista tiene una barrera nacional del 3%, mientras que en el caso de las coaliciones es del 10 %.
Los partidos que forman parte de una coalición y obtienen entre el 1 y el 3 % vierten sus votos, proporcionalmente, a las otras listas de la misma coalición que han superado el 3 %. En cambio, los votos de las listas que se quedan por debajo del 1 % están automáticamente eliminados.
Los partidos más grandes de cada coalición otorgan a los más pequeños distritos seguros, garantizándoles así una mínima representación, pero pueden verse recompensados por los votos proporcionales que provienen de los que superan el 1 % sin llegar al umbral del 3 %.
Candidaturas múltiples con condiciones. Un mismo candidato puede presentarse hasta por cinco circunscripciones distintas en el sistema proporcional y en una por el de distrito. Sin embargo, no es posible elegir el escaño y determinar así el diputado titular.
Si un candidato gana la circunscripción de distrito, su escaño se activa automáticamente; si es elegido por el sistema proporcional, resulta elegido donde su lista tuvo peor resultado: así se limita el corrimiento de listas y que terminen ocupando el escaño los candidatos menos conocidos.
En principio, ninguna de las principales figuras políticas debería quedarse sin escaño: o bien se presentan en distritos seguros, o bien tienen garantizada la elección mediante el sistema proporcional. Todo está previsto para garantizar una coalición estable. Pero la última legislatura fue acortada un año antes de su término.