Bill Gates augura una «guerra civil» sin solución en Estados Unidos: «No sabría cómo gastar mi dinero en ese asunto»

El fundador de Microsoft es una de las personas más ricas del planeta. Su riqueza, amasada durante años, es comparable a su poder de influencia. Pero Bill Gates también es –y ha sido desde que su poder creció hacia las altas esferas– el protagonista de algunas de las teorías de la conspiración más increíbles. Sobre todo desde que en a primeros de 2020 estallara una pandemia, muy similar a la que él ya había predicho en una charla Ted siete años antes. El magnate, que se ha granjeado el apodo de filántropo con los años, participó en un foro de filantropía de la revista Forbes y, entre otras cosas, aseguró que iba a haber una «guerra civil» en Estados Unidos.

Desde que el coronavirus trastocara el mundo entero, Gates ha sido protagonista de memes, conspiraciones, gritos de manifestantes, libros y publicaciones en redes sociales. Tal y como él explicó durante el foro de Forbes, incluso ha sufrido episodios en los que algunas personas le han increpado por la calle y le han gritado, acusándolo de implantar microchips a las personas.

Gates está al tanto de todo lo que se dice de él, para ello tiene contratado «un grupo de personas que rastrea en la web las cosas que tienen que ver conmigo». Pero aseguró que durante la pandemia, las publicaciones sobre conspiraciones con él como protagonista copaban casi el 95%, pero eso va atenuándose: «Ahora ya se están calmando», dijo el ex presidente de Microsoft.

Durante el foro de la prestigiosa revista americana, Gates también trasladó su preocupación por la «polarización interna en Estados Unidos» y se mostró muy pesimista al respecto: «Admito que la polarización política puede acabar con todo, vamos a tener unas elecciones difíciles y una guerra civil». A cualquiera le podría parecer más fácil luchar contra una guerra civil que contra la madre naturaleza y las enfermedades, pero Gates no opina igual: «No tengo experiencia en esos temas, no voy a desviar mi dinero en eso porque no sabría cómo gastarlo», sentenció. Aunque dejó la puerta abierta a una mínima esperanza: «Cualquiera que tenga buenas innovaciones para reducir la polarización, pero que pueda hacer que la verdad sea tan interesante como las locuras… valdría la pena invertir en eso». Sobre este asunto, señaló el éxito de un libro de Robert Kennedy que, según explicó el propio Gates, «dice que me gusta ganar dinero y matar a millones de personas con vacunas, es una locura lo bien que se vende».

Una donación récord y un cuarto de siglo

Durante su intervención en el evento de Forbes, Bill Gates puso fecha de caducidad a la fundación que fundó junto a su ahora exmujer, Melinda Gates. Un cuarto de siglo es la fecha que marcó el magnate para poner fin a sus objetivos: «Estudiar las enfermedades infecciosas, o todas las enfermedades que hacen que el mundo sea desigual, para ponerles fin (en gran medida), ya sea mediante la erradicación o reduciéndolas a niveles muy bajos».

Apenas dos meses antes de anunciar el horizonte final de la Fundación Bill y Melinda Gates, su presidente donó a su propia organización la cifra récord de 20.000 millones de dólares y se comprometió a donar la misma cantidad «en algún momento dentro de unos años» hasta abandonar la lista de más ricos del planeta.

Dentro de 25 años, Bill cumplirá 91 años y su exmujer Melinda, 83. «Ese es probablemente el período de tiempo en el que Melinda y yo estaremos presentes para ayudar a asegurarnos de que todo se mantenga en buen camino», explica Gates. «Creemos que gastar todo el dinero en ese período de tiempo tiene sentido; nos comprometimos a elevar el nivel de gasto».

Además de trasladar sus análisis políticos y sanitarios del mundo actual, y del futuro también, Bill repasó los proyectos que ha llevado a cabo su fundación: los avances contra la poliomielitis que ha resurgido, sin explicación todavía, en Nueva York y que esperan poder eliminar en los próximos «tres o cuatro» años; las nuevas terapias génicas para curar la enfermedad de células falciformes o los avances en una cura para el VIH cuyo éxito Gates estimó en un plazo de diez años.