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El presidente ruso, Vladimir Putin, durante al Cumbre Rusia-Asia CentralAFP

El monumental enfado de Putin cuando el presidente de Tayikistán le exige respeto

El presidente de Tayikistán advirtió que Rusia se encuentra en una situación similar a la que se encontraba la URSS antes de su colapso

Si el presidente ruso, Vladimir Putin, esperaba recibir un masaje por parte de sus socios centroasiáticos en la Cumbre Rusia-Asia Central que se está celebrando en Astaná, Kazajistán, se ha llevado un buen chasco.

Buena muestra de ello es el repaso que le ha dado el autócrata presidente de Tayikistán, Emomali Rahmon, en el poder desde 1992, que le exigió que Rusia respete a sus vecinos más pequeños y, ya de paso, le reclamó una inversión mil millonaria en su país.

La cara de pocos amigos de Putin mientras recibía el rapapolvo del líder de Tayikistán no dejaba lugar a dudas de que no esperaba recibir ningún sermón por parte de ninguna pequeña república exsoviética.

«Siempre hemos respetado los intereses de nuestro principal socio estratégico (Rusia). ¡Pero también queremos respeto! Queremos ser tratados al mismo nivel que cualquier país africano -donde Rusia está realizando grandes inversiones para extender su influencia geoestratégica- o cualquier otro país», argumentó Rahmon.

En ese sentido exigió a Rusia inversiones en los países de su área geográfica e influencia política: «Deberías invertir miles de millones. Son inversiones que se pueden recuperar en un período muy corto. Después de todo, nuestros trabajadores migrantes van a Rusia a trabajar. No van solo a ganar dinero. Están trabajando».

Según Rahmon, el colapso soviético se produjo, precisamente, porque Moscú se despreocupó de las necesidades de las repúblicas más pequeñas.

«Ambos, tú y yo, fuimos testigos del colapso de la Unión Soviética. Yo estuve allí en aquellas reuniones cuando colapsó la Unión Soviética. Entonces, como ahora, y tienes que perdonarme por decir esto, no se prestó suficiente atención a las pequeñas repúblicas, a las pequeñas naciones. No se dio importancia a las tradiciones, costumbres y todo lo demás. No hubo ayuda, apoyo o desarrollo», reprochó.