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El río Dniéper a su paso por JersónAFP

240 días de guerra en Ucrania

Rusia se prepara para volar la presa de Kakhovka e inundar Jersón ante el avance ucraniano

La estrategia del Kremlin pasa por matar de frío, hambre y enfermedades a los ucranianos durante el invierno

Rusia pretende alcanzar sus objetivos imperialistas en Ucrania cueste lo que cueste, aunque ello suponga causar una catástrofe humanitaria sin importar la cifra de víctimas civiles.

Ante la imposibilidad de derrotar al Ejército ucraniano en el campo de batalla, la estrategia del Kremlin pasa por castigar a los civiles y matarlos de frío, hambre y enfermedades durante el próximo invierno.

En ciudades como Kiev, la capital de Ucrania, las temperaturas mínimas pueden llegar a -10 grados centígrados. En ocasiones, incluso, pueden rozar los -20 grados centígrados. Sin electricidad, la ciudad sería inhabitable.

Por ese motivo está bombardeando las infraestructuras eléctricas ucranianas de forma masiva. Sin electricidad, no hay calefactores, ni agua potable, ni sistemas de tratamiento de aguas residuales.

En cuestión de semanas, el país podría convertirse en inhabitable, decenas de personas podrían morir de hambre y epidemias, y cientos de miles de ucranianos se podrían ver empujados a huir como refugiados hacia la Unión Europea.

Dentro de ese plan diabólico -y genocida- Rusia preara un golpe maestro: la destrucción de la planta hidroeléctrica de Kakhovka.

La planta se encuentra en el río Dniéper, a pocos kilómetros aguas arriba de la ciudad de Jersón.

Con su destrucción, las tropas rusas podrían buscar dos objetivos. Por un lado, contribuir a su estrategia de colapso de la infraestructura eléctrica ucraniana.

Por otro, entorpecer el avance de las tropas ucranianas que se disponen a reconquistar la ciudad de Jersón en los próximos días.

Según denunció el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ingenieros militares rusos han minado la presa y se disponen a volarla en cuanto concluyan la evacuación de los 60.000 civiles que pretenden deportar a Rusia, y del personal militar ruso y funcionarios del Kremlin que conforman la administración de ocupación.

«Si destruyen la presan, el canal norte de Crimea desaparecerá. Será una catástrofe a gran escala», advirtió Zelenski. «Será como si emplearan un arma de destrucción masiva», añadió.