Alemania se anota un gol en propia meta y vende a China parte del puerto de Hamburgo
Berlín, en una operación sin pies ni cabeza, vende a la empresa Cosco participaciones del puerto de Hamburgo y compromete la economía alemana a merced del gigante asiático
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El canciller alemán, Olaf Scholz, ha dado luz verde a la compra parcial del puerto de Hamburgo por parte de la empresa china Cosco bajo unas condiciones en las cuales el gigante asiático no pueda ejercer una influencia estratégica.
El gigante chino no podrá hacerse con más del 24,9 % de las participaciones de la terminal de contenedores Tollerot. Esto supone una gran limitación a la influencia china en el puerto, ya que Cosco pretendía hacerse con nada menos que el 35 % de las participaciones, informó Reuters.
Hoffmann también declaró que la empresa china no podrá obtener ninguna «participación efectiva» en el control del puerto a través de puestos en el consejo de administración o dirección, ni dispondrá de derecho a veto.
«Olaf Scholz es consciente de la importancia de este acuerdo, pero tiene presente en todo momento que una participación tan baja no podrá suponer ningún tipo de ventaja estratégica» espetó la viceportavoz.
La semana pasada, los medios alemanes habían informado de que varios ministerios se oponían a la venta a Cosco de una parte de la terminal por razones de seguridad estratégica y los portavoces de Economía y de Asuntos Exteriores confirmaron hoy que habían manifestado su desacuerdo, informó la agencia Efe.
Hoffman apuntó que el debate para llevar a cabo la operación fue muy intenso y donde tuvieron que aunar diferentes puntos de vista.
Por su parte, la portavoz del ministerio de Economía, Beate Baron, manifestó satisfacción con el compromiso alcanzado, ya que según afirmó, el gobierno no ha autorizado la operación sino que ha impuesto una «prohibición parcial».
La venta no se ha prohibido por completo ya que la terminal en cuestión no está registrada bajo la categoría de «infraestructura crítica», sostuvo, y llamó a distinguir entre dicha terminal y el puerto en su conjunto.
El criterio a la hora de someter a examen la operación es «si hay un peligro para el orden público y la seguridad», pero la prohibición parcial veta, entre otras cosas, que Cosco pueda adquirir derechos extraordinarios que le permitan influir en decisiones estratégicas en el ámbito de los negocios y en cuestiones de personal, explicó.
Esta operación ha tenido lugar con el trasfondo de los esfuerzos de Berlín por independizarse de las importaciones del gas ruso y por asegurar sus infraestructuras tras los presuntos actos de sabotaje contra los gasoductos Nord Stream 1 y 2.
Quien avisa no es traidor
El propio presidente del país, Frank-Walter Steinmeier, advirtió contra una «fuerte dependencia» de China, tras admitir los errores que han supuesto para su país el caso de Rusia: «La lección que deberíamos extraer es que hay que reducir dentro de lo posible las dependencias unilaterales», afirmó Steinmeier a la televisión pública ARD desde Kiev, confrontado por su propia responsabilidad en las decisiones de Alemania respecto al gas ruso.
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En opinión del presidente, Alemania debe buscar «más intensamente» acuerdos comerciales con países vecinos del sudeste asiático, un mercado con 700 millones de personas.
Estos países no pueden «suplir» las relaciones comerciales con China, pero sí complementarlas, en opinión de Steinmeimer.
El pronunciamiento de China
China instó hoy al cese de las «especulaciones sin fundamento» sobre la participación de una filial del astillero estatal chino Cosco en el puerto comercial de Hamburgo.
El portavoz de la cancillería china, Wang Wenbin, declaró que China y Alemania mantienen «una cooperación mutuamente beneficiosa» y solicitó que las partes implicadas «consideren de forma racional la colaboración pragmática» entre ambos países.
La Comisión Europea recordó este martes que puede pedir explicaciones a un país de la UE si cree que la posible inversión de un país extranjero en infraestructuras críticas supone un riesgo para la seguridad, pero no quiso confirmar si está en contacto con Alemania por el interés de China en el puerto de Hamburgo.
En octubre de 2020, Bruselas creó un mecanismo de coordinación entre la Comisión y los países de la UE para examinar inversiones extranjeras, si se considera que éstas pueden suponer un riesgo de seguridad o de orden público para el conjunto de la Unión.
«El objetivo es ver los riesgos sin reducir la apertura de la UE a las inversiones extranjeras y definir conjuntamente, si ciertas transacciones pueden poner en riesgo la seguridad pública de la UE», declaró la portavoz de Comercio del Ejecutivo comunitario, Miriam García.