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Protestas por la muerte de Nika Shakarami a manos de las autoridades iraníesNurPhoto via AFP

Nika Shakarami, el nuevo rostro de la resistencia iraní y cuya familia denuncia el «robo» de su cuerpo

La madre de la joven de 16 años acusa a las autoridades iraníes de la muerte de su hija y denuncia presiones por cuestionar la línea oficial

Nika Shakarami, una joven de 16 años, ha sido la nueva víctima de la brutal represión con la que ha respondido el régimen de los ayatolás a las protestas por la muerte de la joven Mahsa Amin a manos de la Policía de la Moral el pasado 16 de septiembre.

Su fallecimiento, desgraciadamente no es una novedad, ya que desde que empezaran las movilizaciones se han registrado más de 234 muertos, en su mayoría jóvenes. Lo que ha provocado la indignación entre la población son las «extrañas» circunstancias del suceso.

La familia denuncia que se vio obligada a mentir en un primer momento sobre cómo ocurrieron los hechos por fuertes presiones por parte de las autoridades de la República Islámica. Nika desapareció el pasado 20 de septiembre mientras participaba en una protesta callejera en Teherán.

La joven apareció muerta un día después en la parte trasera de un patío y su madre, Nasrin Shakarami, no pudo identificarla hasta ocho días después. La tía de la adolescente apareció en la televisión estatal explicando que Nika se había caído de un edificio de varios pisos.

Sin embargo, la madre apuntó directamente a las autoridades iraníes como las responsables del asesinato de su hija y explicó que les habían amenazado para que hicieran una confesión forzada sobre su muerte.

«Mi hija fue asesinada en las manifestaciones el mismo día en que desapareció», afirmó la madre en un vídeo publicado por Radio Farda, en el que añade: «Yo misma vi su cuerpo. Tenía un fuerte golpe en la nuca y su cráneo estaba hundido. Así fue asesinada».

Pero las acusaciones de Nasrim van más allá, y mantiene que las autoridades iraníes «robaron» el cadáver de su hija para poder enterrarlo en secreto. La familia tuvo que insistir día y noche para que finalmente, y tras más de una semana, les dejaran ver el cuerpo.

Una vez que consiguieron identificar el cadáver de Nika, comenzó otro infierno: esclarecer las causas de la muerte. Nasrin confiesa que les ha resultado imposible aclarar lo qué ocurrió y que se ha enfrentado a una «enorme presión» por cuestionar la línea oficial y discutir públicamente el caso.

De hecho, la tía de la joven, Atash Shakarami, compartió en un medio estatal iraní la versión oficial y aseguró que se había caído de un edificio. Asimismo, el tío fue grabado en la televisión hablando en contra de los disturbios, mientras alguien parece susurrarle desde fuera de cámara: «¡Dilo, cabrón!», según publica la BBC.

La madre de Nika afirma que estas declaraciones fueron forzadas después de que las autoridades del país persa les amenazaran con matar a otros miembros de la familia.

La joven se había convertido en un símbolo de las protestas contra el uso del velo en Irán. Como ellas otras miles de jóvenes desafían día a día el código de vestimenta del régimen de los ayatolás con hechos tan simples como ir con el pelo al descubierto por la calle o, incluso, cortarse mechones de la melena.