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El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva

Elecciones Brasil 2022  El real y la bolsa de Sao Paulo reciben al alza la victoria de Lula

El presidente en ejercicio, Jair Bolsonaro, continúa en silencio, sin reaccionar ni asumir su derrota

La bolsa de Sao Paulo entiende que es una buena noticia la victoria de Luiz Inacio Lula Da Silva en las elecciones del domingo. A diferencia de lo que ocurrió en 2003, que su triunfó provocó el derrumbe de los mercados, la experiencia de sus dos gobiernos anteriores y el discurso moderado en materia económica no ha provocado el pánico ni encendido las luces de alarma.

En el mismo sentido parece moverse el real. La moneda brasileña ha empezado está mañana a apreciarse respecto al dólar, mientras el presidente en ejercicio, Jair Bolsonaro, continúa en silencio sin reaccionar ni asumir su derrota.

«A pesar de la definición de las elecciones, las incertidumbres aún no se disiparon, en especial cómo será la conducción de la política económica a partir del 1 de enero», fecha de la investidura de Lula, analizó Thais Zara, economista de LCA Consultores, en declaraciones a Afp.

Eso, sumado a incertidumbres sobre la reacción del presidente Bolsonaro, genera «volatilidad» y vaivenes en los mercados, indicó Zara.

El mandatario ultraderechista aún no se ha manifestado sobre el resultado electoral de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, en las que el líder izquierdista se impuso por 50,9% a 49,10% de los votos.

Los inversores, como era e esperar, tienden a ser más favorables a las políticas liberales del gobierno de Bolsonaro. Dicho esto, el mercado estaba preparado para un posible triunfo de Lula, favorito en las encuestas a lo largo de todo el proceso electoral.

Hasta el momento, Lula ha evitado definiciones en el área económica y se reserva el nombre de su ministro de Hacienda.

Un detalle no pasa desapercibido en los mercados: el centro derecho tiene la mayoría en el Congreso y en el Senado. Ese escenario no parece que facilite iniciativas radicales por parte de Lula, cuyos gobiernos anteriores tuvieron el respaldo de los sectores financieros y la industria.