EE.UU. trata de convencer en privado a Zelenski para que negocie una paz con Rusia
El presidente ucraniano se niega a emprender ninguna negociación mientras Rusia no se retire de Ucrania y Putin sea destituido
De puertas afuera, el apoyo de Estados Unidos y sus aliados a Ucrania frente a la invasión rusa es sólida: «El apoyo de Estados Unidos a Ucrania será inquebrantable», afirmó el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, el viernes pasado en Kiev.
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De puertas adentro, sin embargo, Estados Unidos trata de convencer a las autoridades de Kiev de que den su brazo a torcer y que se sienten en la mesa de negociación con Rusia a pesar de que las tropas de Kremlin siguen atrincheradas en los territorios ocupados en Ucrania.
Según publica este domingo The Washington Post, la administración Biden trata de que Zelenski recule y deja atrás su negativa a participar en conversaciones de paz mientras Vladimir Putin sea presidente de Rusia.
Según el Post, las gestiones de la Casa Blanca se están produciendo a nivel intermedio, entre funcionarios de ambos gobiernos. No habría habido una solicitud expresa del presidente Biden al presidente Zelenski.
El paso adelante dado por la Casa Blanca se debería a la difícil situación de la economía mundial y al temor a una escalada que derive en el empleo de un arma nuclear.
Tras ocho meses de guerra, el gobierno estadounidense cree que los progresos del Ejército ucraniano en el campo de batalla permiten al gobierno de Zelenski sentarse en una mesa con Rusia con unas garantías mínimas.
Señala el Post que la negativa absoluta por parte de Zelenski a cualquier tipo de negociación con Rusia hasta que Putin haya sido desalojado del Kremlin y las tropas de ocupación hayan abandonado Ucrania es algo que preocupa a sus aliados europeos y americanos.
El alza de precios de la energía y los alimentos, la inflación y las tensiones internacionales derivadas del conflicto, empiezan a causar hartazgo entre las poblaciones. Estados Unidos teme que, si el conflicto se prolonga, el apoyo internacional a Ucrania se tambalee.
Es, de hecho, el juego al que juega Putin, que trata de alargar todo lo posible la guerra para que las sociedades de los países que apoyan a Kiev se echen atrás.
En ese sentido, desde Kiev se mira con temor los resultados de las próximas legislativas de Estados Unidos, donde se espera que los republicanos se alcen con la victoria.
La congresista republicana, Marjorie Taylor Greene, pareció querer dar la razón -para regocijo de Moscú- a quienes temen que una victoria republicana sirva a los planes expansionistas de Putin y permita apuntalar su régimen cada vez más totalitario.
En un acto electoral en Iowa, la congresista Greene, que aspira a ser reelegida como representante del distrito 14 de Georgia, prometió que si los republicanos resultan ganadores cortarán el grifo financiero a Kiev.
«La única frontera que les importa a los demócratas es la de Ucrania, no la frontera sur de Estados Unidos. Con los republicanos, ni un céntimo más irá a Ucrania. Nuestro país es lo primero. A los demócratas no les importan ni sus fronteras ni su país», exclamó ante sus enfervorecidos votantes.
El asesor del presidente ucraniano, Mykhailo Podolyak, advirtió que «cualquier cesión a Putin será un trato con el diablo, y a nadie le gustará el precio».
«Si Rusia gana, tendremos un período de caos con un florecimiento de la tiranía, guerras, genocidios, carreras nucleares», advirtió.
Y puso un ejemplo: la paz en falso acordada en 2015 con los acuerdos de Minsk permitió a Moscú generar las condiciones necesarias para la actual guerra en Ucrania.
La única paz posible, se defiende en Kiev, es la derrota militar de Rusia y el desmantelamiento del régimen de Putin.