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Interior de la sede del Grupo Wagner en San PetersburgoAFP

258 días de guerra en Ucrania

Wagner se independiza del Kremlin, parasita al Ejército ruso y abre una lujosa sede en San Petersburgo

El líder del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, está logrando establecer cada vez un mayor control de la seguridad del Estado ruso

La importancia adquirida por los mercenarios del Grupo Wagner en la guerra de Ucrania ante los continuos fracasos del Ejército ruso y el caos en el alto mando del Kremlin han dotado de un poder inusitado al oligarca y fundador de la empresa de seguridad privada, Yevgeny Prigozhin.

En la corte del presidente ruso, Vladimir Putin, se mira con cada vez más desconfianza a Prigozhin y a sus ambiciones políticas. Incluso se ha hablado de que se postula como sucesor de Putin.

Lo cierto es que, por medio del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin está logrando establecer cada vez un mayor control de la seguridad del Estado ruso.

Por el momento, ha desplazado a las tropas regulares rusas como punta de lanza de las operaciones militares rusas en el campo de batalla ucraniano.

Acceso a la sede del Grupo Wagner en San PetersburgoAFP

En San Petersburgo ha inaugurado una lujosa sede del Grupo Wagner con más aspecto de sede de una gran compañía tecnológica que de cuartel general de un grupo armado de mercenarios al servicio de Moscú.

Según señala el Institute for the Study of War (ISW), la gran implicación de Prigozhin y su grupo Wagner en el conflicto ucraniano perseguiría como objetivo principal no tanto ganar la guerra, sino establecer estructuras que le permitan controlar el tejido económico de los territorios ucranianos ocupados.

Prigozhin reconoció que el Grupo Wagner está en pleno proceso de expansión con la apertura de centros de entrenamiento y gestión en regiones cercanas a la frontera ucraniana, como Kursk o Belgorod.

Estos centros de entrenamiento funcionan completamente al margen de las fuerzas armadas rusas y del ministerio de Defensa.

Ello confirmaría que Wagner se está convirtiendo en un grupo absolutamente independiente del Kremlin que, incluso, estaría parasitando al mismo Ejército regular ruso.

Dentro de esa estrategia se encuadra también el proyecto impulsado por Prigozhin para crear milicias populares en Kursk y Belgorod cuyo control escaparía al Ejército ruso y que se encontraría totalmente en manos del dueño de Wagner.

Prigozhin está obligando a los funcionarios rusos a contratar con sus empresas los servicios de abastecimiento para las futuras milicias populares, obviando cualquier posible implicación del ministerio de Defensa.

Sin embargo, el principal logro de Prigozhin y su Grupo Wagner es la construcción de la «línea Wagner», una línea defensiva fortificada construida de forma autónoma por los mercenarios tras las líneas del frente.

Esta línea Wagner se extiende a lo largo de la región de Donetsk, pero también en la de Belgorod, en territorio ruso.

Además, se va a empezar a construir una nueva línea defensiva de los Wagner alrededor de la ciudad de Mariúpol, en previsión de una posible contraofensiva ucraniana sobre la ciudad.

Prigozhin, que ya logró la destitución de coronel general Alexander Lapin como responsable de las operaciones militares rusas en Ucrania, ahora ha apuntado al gobernador de San Petersburgo, Alexander Beglov.

Los ataques del líder de Wagner al gobernador de la segunda ciudad de Rusia no son casuales, como tampoco lo es que haya instalado en la antigua capital zarista la sede de su empresa de mercenarios.

Prigozhin quiere hacer de San Petersburgo su feudo personal, una capital autónoma del Kremlin para el Grupo Wagner y sus negocios. De hecho, Prigozhin ya ha empezado a infiltrarse en la esfera empresarial de la ciudad, afirma ISW, y sus tentáculos cada vez aprietan con más fuerza el tejido económico de la urbe.

La estrategia seguida por el fundador de Wagner es similar a la seguida por el presidente checheno, Ramzan Kadyrov, que ha visto en la guerra de Ucrania su oportunidad para crecer en el Kremlin y establecer colonias chechenas en los territorios ucranianos ocupados.

Los críticos, muchos de ellos antiguos militares o periodistas que actúan como órganos de propaganda del Kremlin, han criticado el creciente poder de Prigozhin y Kadyrov, y han advertido que su influencia socava las capacidades del Ejército ruso en Ucrania.

Los sectores más ultranacionalistas rusos han criticado que el Kremlin purgue a militares solventes y profesionales con experiencia demostrada en otros conflictos, y los sustituya por «pastores y cocineros», términos despectivos con los que se refieren al líder checheno y al jefe de Wagner, conocido también como el «chef de Putin» y que hizo su fortuna con una empresa de catering.