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Gavin Williamson se convierte en la primera dimisión del gabinete de Rishi Sunak

Gavin Williamson se convierte en la primera dimisión del gabinete de Rishi SunakJustin Tallis / AFP

El primer error de Rishi Sunak: uno de sus ministros dimite por acusaciones de bullying

El diputado Gavin Williamson, secretario de estado sin cartera, había instaurado «una cultura del miedo» entre los tories a base de amenazas e insultos

El gabinete que instauró Rishi Sunak hace menos de un mes empieza a flaquear. En su afán por corregir los errores de su predecesora Liz Truss, el nuevo primer ministro de Reino Unido quiso rodearse de expertos, y dio prioridad a la experiencia a la hora de elegir a los miembros de su Gobierno.

Pero un escándalo ha puesto sus decisiones en duda. El diputado Sir Gavin Williamson, al que Sunak otorgó el cargo de secretario de estado sin cartera, ha abandonado su puesto tras ser acusado de bullying y comportamiento hostil e inapropiado en el seno del Partido Conservador.

A principios del mes de noviembre, el periódico The Guardian publicó una serie de mensajes de texto en los que Williamson insultaba a su compañera Wendy Morton. En ellos, la amenazaba por no invitarle al funeral de la Reina Isabel II: «Tu conducta es repugnante. Lo vas a pagar», escribió el Conservador, representante desde 2010 del distrito electoral de South Staffordshire.

No era la primera vez que demostraba un comportamiento amenazador. Las quejas contra Gavin Williamson se amontonaban desde 2017, cuando ocupó el cargo de ministro de Defensa en el gabinete de Theresa May. Ya entonces era conocido como un personaje acostumbrado a intimidar a sus compañeros. Sin embargo, su mala reputación no impidió que Boris Johnson le concediera un puesto en su gabinete, como secretario de estado de Educación. Y tampoco fue obstáculo para que Rishi Sunak lo integrase también en su círculo de poder.

La cultura del miedo

Algunos de los episodios más escandalosos de su carrera incluyeron amenazas de muerte. Durante su época como ministro de Defensa, y según informó el periódico The Guardian, Williamson pidió a un empleado del ministerio «que se rebanase el cuello», y a otro, «que saltase por la ventana». Los insultos formaban parte «de una campaña generalizada de bullying», en la que Williamson «degradaba e intimidaba adrede» a sus empleados.

El Conservador nunca negó haber dicho esas palabras, si bien se defendió contra las acusaciones de bullying. «Rechazo estos alegatos. Tengo una buena relación laboral con los fantásticos profesionales con los que he trabajado en todo el Gobierno», aseguró Williamson a través de un comunicado.

Pero sus amenazas tuvieron un impacto «extremo» en la salud mental de sus empleados, que depositaron quejas oficiales con el Comité Independiente de Quejas y Reclamos del parlamento británico. El incidente con Wendy Morton fue la gota que colmó el vaso; la Conservadora, antigua líder del comité disciplinario del partido, negó haber recibido disculpa alguna por parte de Williamson.

Dos fuentes revelaron a The Guardian que, cuando lideraba el comité disciplinario del Partido Conservador, Williamson bromeaba sobre sus «tácticas» de intimidación. y en declaraciones al canal de noticias Channel 4, la diputada Anne Milton afirmó que Williamson utilizó los problemas de salud mental y física de sus empleados en su contra. Además, coleccionaba «cotilleos jugosos» sobre «sus preferencias sexuales» para manipularlos. Según Milton, Williamson creó «una cultura de miedo» entre los tories del parlamento; se valía de cotilleos sobre sus hábitos con la bebida, sus vidas sexuales, y su salud mental, como «munición» para controlarlos.

El fracaso de Rishi Sunak

En vista de las acusaciones de Wendy Morton, que caracterizó el comportamiento de Gavin Williamson como «amoral y poco ético», este renunció a su puesto en el gabinete del primer ministro. Se defendió hasta el final; en su último comunicado, Williamson «rechazó las acusaciones», y afirmó que dimitía para evitar convertirse en una distracción para el Gobierno.

Sin embargo, el daño ya estaba hecho. El escándalo reveló un fracaso profundo del Partido Conservador: tanto Boris Johnson como Rishi Sunak habían permitido que un hombre agresivo formase parte del Gobierno de Reino Unido.

En su reacción a la dimisión, Sunak manifestó «una profunda tristeza» por la salida de su compañero, y añadió que «lamentaba profundamente» haber «nombrado secretario de estado sin cartera a un hombre que tuvo que dimitir en estas condiciones».

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