Cuesta arriba y sin frenos: la inflación argentina roza el 100 % y supera la de Venezuela

Los precios al consumidor en Argentina volvieron a crecer en octubre, hasta llegar al 88 % interanual, la mayor tasa de las últimas tres décadas, y marchan rumbo a un alza acumulada del 100 % este año.

Esta subida de precios supera, por primera vez en este siglo, a la de Venezuela.

El gobierno, o desgobierno, según se mire, de Nicolás Maduro es incapaz de dominar una inflación galopante. En octubre fue del 6,2% y el pasado año de 155,8% , según su Banco Central, una fuente poco confiable que invita a pensar que las variaciones de precios deben ser superiores.

El Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), independiente del gobierno, indicó que la suba de precios de octubre fue del 14,5% y la del último año del 173 por ciento, luego de 4 años de hiperinflación.

«En octubre volvió a incidir con fuerza el incremento del precio de alimentos, que estuvo bien por encima del promedio», señaló a Efe Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso.

Los precios se dispararon el pasado mes hasta un 88 % interanual, lo que representa un avance de cinco puntos porcentuales respecto a la variación registrada en septiembre.

Esta subida interanual es la más alta desde noviembre de 1991 (91,3 %), cuando Argentina intentaba dejar atrás la hiperinflación de 1989-1990 que hundió al gobierno de Raúl Alfonsín.

«Argentina es un caso casi único en el mundo del siglo XXI, con una inflación no solo alta, sino que además persiste por casi dos décadas», observó Marí

En los primeros diez meses del año Argentina acumuló una inflación del 76,6 %, según el Indec.

«Argentina es un caso casi único en el mundo del siglo XXI, con una inflación no solo alta, sino que además persiste por casi dos décadas», observó Marí.

Rumbo a los tres dígitos

El pasado octubre, Argentina y el Fondo Monetario Internacional corrigieron al alza la proyección de inflación para 2022, hasta un rango del 90-100 %, y la de 2023, al 55-65 %.

Los pronósticos privados más recientes, que recaba mensualmente el Banco Central señalan que la inflación será este año del 100 % y en 2023, del 90 %.

«Esperamos que noviembre y diciembre registren tasas de inflación por encima del 6 %, con lo que el año cerraría con una inflación de 105 %», apuntó Marí.

El experto advirtió que, «no obstante, hay que decir que los niveles de vulnerabilidad económica son muy altos y que cualquier shock negativo podría acelerar fuertemente estas tasas».

Acuerdos y estabilización

La elevada inflación, en particular la de los alimentos -del 6,2 % en octubre-, preocupa al gobierno de Alberto Fernández, que el viernes lanzó un nuevo acuerdo con fabricantes de productos de consumo básico y supermercados para mantener fijos los precios de 1.700 productos por los próximos 120 días.

Este tipo de iniciativas no es nuevo. El flamante programa, de hecho, sustituye a otro similar que, con distintas variantes, se viene renovando desde finales de 2013 y cuya efectividad es cuestionada por consultores privados.

«Estas medidas resultan complejas de gestionar y tienen muy poco efecto en la dinámica inflacionaria a medio plazo si no van acompañadas de un plan de estabilización que frene la la inercia inflacionaria», señaló la firma Delphos Investment en un informe.

En todo caso, apuntó Delphos, el lanzamiento del programa de «Precios justos» evidencia «la preocupación del gobierno por la dinámica inflacionaria en productos sensibles como los alimentos, en cuya cadena de comercialización impactan costos salariales, logísticos y el incremento del coste de materias primas».

El gobierno mismo admitió que el acuerdo no es «un punto de llegada» sino de partida en la senda hacia la estabilización de los precios y una vía para llevar algo de «tranquilidad» a los consumidores, cuyos ingresos corren mes a mes la dramática carrera contra la inflación.

El ministro de Economía argentino, Sergio Massa, afirmó el viernes pasado, al lanzar el programa, que éste no resuelve por sí solo el problema de la inflación, sino que se requiere de una política fiscal «ordenada» y de acumulación de reservas monetarias.