Las siete familias de la mafia de Roma

Los millones de turistas que recibe Roma cada año son una oportunidad para la mafia local, que ha ido ganando peso específico frente a grupos criminales de otras regiones como la Camorra, Cosa Nostra o Ndrangheta. El pago en metálico de quienes vienen de fuera y los masivos flujos de clientes facilitan el lavado de dinero de la droga en negocios de restauración y hostelería de la capital. Así lo refleja el último informe de la Mafia en el Lazio, que revela la actividad preeminente de siete familias en el control del territorio romano.

Si están identificados, con nombre y apellido, ¿Por qué no los detienen? Porque la ‘omertà’, el silencio de los testigos ante los delitos, impone su ley y porque quienes cometen los delitos o trafican con droga en la calle nunca son los jefes, sino mandos intermedios que pasan temporadas en la cárcel mientras sus familias son atendidas por el grupo criminal. Conseguir pruebas o arrepentidos es misión imposible en muchas investigaciones.

Fasciani, Spada y Sterlicchio

Fasciani, Spada y Sterlicchio son las dos familias protagonistas de la vida criminal en Ostia, en el litoral de Roma. Un barrio periférico de 200.000 habitantes en donde los Fasciani han gestionado muchos de los establecimientos de baño y restauración de la playa.

Durante años utilizaban a la familia Spada como ejecutores de intimidaciones y amenazas, pero este núcleo criminal ha acabado por tener autonomía propia. El tráfico de droga en la zona está bajo su control en estos momentos, pese a que en 2020 detuvieron a 17 componentes de la familia Spada.

Ejemplos de violencia a la luz del día que permiten atemorizar a los vecinos y reforzar el control del territorio.

En la procesión a la Iglesia, además de las tradicionales carrozas negras con caballos, emplearon un helicóptero para lanzar pétalos de rosa desde el cielo en plena capital de Italia

Casamonica

La notoriedad de Casamonica rozó las estrellas en 2015, con el funeral de ‘Tio Vittorio’. En la procesión a la Iglesia, además de las tradicionales carrozas negras con caballos, emplearon un helicóptero para lanzar pétalos de rosa desde el cielo en plena capital de Italia. La música con la que comenzó la ceremonia religiosa fue la banda original de ‘El Padrino’.

Durante años han impuesto su ley y trafican con droga en torno a la Basílica de San Pedro, así como en la Romanina, al Sudeste de la capital, donde tienen su cuartel general. Son todos de origen gitano y utilizan un dialecto entre ellos que es difícil de descifrar para la Policía.

Mantienen relación con la Ndrangheta calabrese, sobre todo porque es su gran proveedor de droga. No tienen complejos a la hora de utilizar la violencia o las amenazas para mantener su negocio.

Gambacurta y Sgambati

Tres familias controlan un barrio de Roma, Montespaccato. Se dedican al narcotráfico, la usura y la extorsión para recuperar impagos, haciendo uso de la violencia. El gran capo es Franco Gambacurta, que solo interviene cuando hay algún tipo de disputa entre los distintos delincuentes, o para afianzar su autoridad en la zona.

Durante tiempo controlaban también un polideportivo local, donde mantenían actividades para niños, como una forma de ganarse el respaldo social. Ese espacio ha sido secuestrado por las autoridades y mantiene sus actividades sociales fuera del control de los Gambacurta.

En 2020 la Fiscalía Antimafia se hiciera con seis millones de euros del clan

De los beneficios que obtienen por el tráfico de droga da cuenta el hecho de que en 2020 la Fiscalía Antimafia se hiciera con seis millones de euros del clan.

Una interceptación telefónica permite entender el nivel de sus intimidaciones: «Me has hecho una faena a mí y todos mis amigos. A todos los que conozco, del primero al último. Cualquiera que te encuentre por la calle hará lo que yo quiero. ¿Piensas que basta con que te demos una paliza? Todos los que te encuentren por la calle te van a dar». Y lo grave es que cumplieron su parte, con una primera paliza que hizo que la víctima desapareciera de la capital.

Senese

Con un origen en la camorra napolitana, los Senese han certificado su autonomía criminal en la capital, donde actúan desde los años 90. Su negocio fuerte es el tráfico de droga, pero también cuentan con numerosas actividades empresariales que les permiten lavar dinero y una cobertura legal para pagar a sus fieles.

En el año 2020 arrestaron a 28 integrantes de esta familia por tráfico de drogas, extorsión e intento de homicidio, agravado por el método mafioso

Su zona de control en Roma está en el sur, entre la Tuscolana y el conocidísimo Cineccità. En el año 2020 arrestaron a 28 integrantes de esta familia por tráfico de drogas, extorsión e intento de homicidio, agravado por el método mafioso. A pesar de las detenciones, esta familia sigue ocupando un papel de mediación y autoridad criminal entre las diversas bandas de la capital.

Al margen de estos siete grupos, las infiltraciones de la Camorra napolitana, Cosa Nostra siciliana o Ndrangheta calabresa en la capital son un hecho certificado. Para ellos es más fácil eludir los controles en una gran ciudad que en el territorio donde tienen sus sedes.

El temor de la Procura Antimafia es que ahora, en 2023, intenten hacerse con los fondos europeos de reconstrucción tras la pandemia y por eso han extremado los controles.