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South African Deputy President Cyril Ramaphos (C) and Professor Lee Berger (R) hold the replica Homo naledi Skull at the unveiling of the new discovery at the Maropeng visitors centre on September 10, 2015. A new species of human ancestor, Homo naledi, estimated at about 2.5 to 2.8 million years old was discovered at the Cradle of Humankind and unveiled at the Maropeng visitors centre in South Africa. AFP PHOTO/STEFAN HEUNIS

El presidente Cyril Ramaphos con una calavera en la mano junto al antropólogo Lee BergerSTEFAN HEUNIS

Sudáfrica

Miles de dólares en el sofá, corrupción y secuestro, origen de la crisis del presidente de Sudáfrica

Exigen la dimisión de Cyril Ramaphos tras protagonizar un extraño caso, con tintes mafiosos, en su finca de caza donde fue víctima de un robo de dinero de dudoso origen

El presidente de Sudáfrica atraviesa su momento más difícil desde que llegara al poder hace cuatro años. A Cyril Ramaphos, si no dimite antes, se le estrecha el cerco por un caso que bien podría ser objeto de un guion de cine.

La máxima autoridad del país había ocultado en el relleno de los almohadones de un sofá, miles de dólares de origen dudoso. El escondite no debía ser muy secreto porque un grupo de ladrones lo descubrió y le sustrajo el botín, fruto de sus prácticas corruptas, según sus opositores y como creen dos ministras de su gobierno que le han pedido que dimita.

La oposición y el exjefe de Inteligencia, Artur Fraser, están convencidos de que los fajos de billetes ocultos sumaban unos cuatro millones de dólares

Artur Fraser, exjefe del servicio de Inteligencia sudafricano demandó al Presidente el pasado mes de junio y destapó todo el enredo. La oposición y él mismo Fraser están convencidos de que los fajos de billetes ocultos sumaban unos cuatro millones de dólares aunque él insiste en que la cifra se reduce a 580.000.

El presidente se condujo, presuntamente, como un auténtico mafioso cuando descubrió el saqueo en su finca de caza de Phala Phala, al norte del país. No sólo no denunció el robo sino que logró identificar y capturar a los ladrones por su cuenta.

Su objetivo era recuperar el dinero y convencer a los delincuentes, mediante métodos poco ortodoxos y sobornos, de que guardaran silencio de lo sucedido. Es decir, que a su vez no le denunciaran ni mencionaran a nadie que habían logrado penetrar en su casa de campo, a la que se refiere como una granja ya que cría animales. Para lograrlo, al parecer no tuvo mejor ocurrencia que… secuestrar a los delincuentes.

Destapada la trama de toda esta historia, el Parlamento creo que una comisión de investigación que elaboró un informe donde se explicita la secuencia y los detalles de los hechos que reniega Cyril Ramaphos.

Niego que sea culpable de cualquiera de las acusaciones en mi contraCyril Ramaphos., presidente de Sudáfrica

Con esta prueba documental en su haber, testimonios de los fracasados ladrones y del acusado, acusaron al hombre que ganó las elecciones con promesas de transparencia y combate contra la corrupción, de conducta indecorosa, corrupto y un largo etcétera Dicho de otro modo, de faltas y delitos que la Constitución de Sudáfrica considera motivos justificados para sacarle por la puerta de atrás de la Presidencia.

En rigor, los delitos que le imputan son el de «violación grave» de varias leyes, «mala conducta grave», «incompatibilidad» y de exponerse a un «conflicto entre sus responsabilidades oficiales y sus asuntos privados». La respuesta del presidente fue por escrito: «Niego categóricamente que haya violado este juramento de alguna manera y del mismo modo niego que sea culpable de cualquiera de las acusaciones en mi contra». Dicho esto, había justificado el dinero, que nunca declaró a Hacienda, por la venta de animales de su «granja».

La dimisión que no llega

El mencionado informe se presentó el pasado miércoles y según un comunicado de Presidencia, al día siguiente Ramaphos se dirigiría en un mensaje a la nación. En ese escenario todos los indicios y las filtraciones apuntaban a que antes de someterse a la ignominia del equivalente a una moción de censura, el presidente había decidió presentar su dimisión. Pero lo cierto es que la alocución termino por suspenderse. Desde entonces, las horas y los días han transcurrido y no hay novedades ni noticias del presidente.

Cyril Ramaphos, según otras fuentes de última hora que menciona la agencia Efe, habría cambiado de opinión y después de analizar con cuidado las pruebas de que dispone el Parlamento habría llegado a la conclusión de que, aunque difícil, puede salir airoso de un trance en forma de moción de censura. Otra cosa es que su reputación, prestigio y carrera política tenga un final feliz.

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